La salida de Devin Williams de los Yankees de Nueva York marcaría el cierre de una etapa breve y turbulenta para el relevista estelar. Después de llegar desde los Brewers con la expectativa de consolidar el bullpen, el derecho nunca encontró estabilidad en el Bronx y su efectividad se resintió, dejando a la organización sin otra opción que desprenderse de él. Su salida, aunque esperada, podría convertirse en una oportunidad dorada para los Marlins de Miami, que siguen de cerca su situación contractual.
Williams, de 31 años, llegó a los Yankees con credenciales impresionantes: un Novato del Año, dos selecciones al Juego de Estrellas y un historial de dominio en Milwaukee. Sin embargo, la realidad en Nueva York fue distinta. En 62 entradas lanzó para una efectividad superior a 4.70, perdiendo consistencia en su cambio y viéndose superado por la presión del mercado neoyorquino. La gerencia podría cortar por lo sano y liberar espacio en la nómina de cara al invierno, priorizando la búsqueda de un nuevo cerrador.
La decisión responde tanto a criterios de rendimiento como financieros. Los Yankees prefieren destinar recursos a fortalecer su rotación, y Williams, con un salario proyectado alto para su rol, terminó siendo prescindible. Aun así, su salida no pasa desapercibida: el derecho mantiene un FIP y una tasa de ponches que lo siguen ubicando entre los brazos más capaces del circuito.
Ese potencial es precisamente lo que atrae a los Marlins. Según reportes de MLB Trade Rumors, la franquicia de Miami está interesada en sumarlo como refuerzo principal para su bullpen. El equipo del sur de Florida no tuvo un cerrador fijo durante 2024 y ve en Williams un veterano con experiencia en escenarios de presión, capaz de estabilizar la parte final de los juegos sin necesidad de una inversión desmesurada.
Te podría interesar: La indignante oferta de los Tigres que enojó a Tarik Skubal
Si el acuerdo se concreta, los Marlins podrían obtener un brazo de élite a bajo costo, mientras los Yankees cierran un capítulo que nunca llegó a cumplir las expectativas. Para Williams, el cambio de ambiente representa una nueva oportunidad: dejar atrás la sombra del Bronx y reencontrarse con la versión dominante que lo convirtió en uno de los relevistas más temidos de las Grandes Ligas.