Varias aerolíneas internacionales han suspendido temporalmente sus vuelos hacia Haití tras un incidente de seguridad en el que un avión comercial procedente de Estados Unidos fue alcanzado por disparos mientras intentaba aterrizar en el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture de Puerto Príncipe.
El vuelo 951 de Spirit Airlines, que partió desde Fort Lauderdale, Florida, tuvo que ser desviado a la ciudad de Santiago, en la vecina República Dominicana, donde aterrizó sin inconvenientes. La aerolínea informó que, aunque ningún pasajero resultó herido, una asistente de vuelo sufrió lesiones leves a causa del incidente. Este es el segundo ataque de este tipo en menos de tres semanas, evidenciando una escalada de inseguridad en la capital haitiana que afecta tanto a la población local como a los servicios de transporte aéreo internacional.
La crisis de seguridad en Haití se ha intensificado en los últimos meses, con importantes sectores del país controlados por bandas armadas, lo que plantea serios desafíos para la gobernabilidad y la estabilidad del país. La situación se produce en un momento de cambio político: el pasado lunes, el consejo de gobierno haitiano designó a un nuevo primer ministro tras la destitución de Garry Conille, quien había asumido el cargo hace pocos meses.
El incidente ha provocado que varias aerolíneas reconsideren sus operaciones hacia Haití, citando la seguridad de sus tripulaciones y pasajeros como su máxima prioridad. “La seguridad de nuestros pasajeros y empleados es primordial. Estamos en contacto con las autoridades locales y evaluando de cerca la situación antes de reanudar nuestras operaciones”, señaló un portavoz de una de las aerolíneas afectadas.
Este evento marca un nuevo episodio en la crisis que enfrenta Haití, que ya sufre un considerable aislamiento en la región debido al aumento de la violencia y la falta de seguridad.
La comunidad internacional continúa monitoreando la situación y, hasta el momento, no se ha anunciado cuándo podrían reanudarse los vuelos con normalidad. La suspensión de estos vuelos afecta tanto a los residentes haitianos como a los ciudadanos extranjeros que buscan viajar al país, lo que podría tener repercusiones económicas y humanitarias significativas en el corto plazo.