Donald Trump calificó el asesinato de Charlie Kirk de «momento oscuro para Estados Unidos» y culpó directamente a la izquierda radical de generar el clima que, según él, desembocó en el atentado. «Durante años, los de la izquierda radical han comparado a … estadounidenses maravillosos como Charlie con nazis y con los peores asesinos en masa y criminales del mundo», dijo el presidente. Añadió que «ese tipo de retórica es directamente responsable del terrorismo que estamos viendo en nuestro país hoy, y debe terminar ahora mismo».
Trump prometió que su administración localizará «a todos y cada uno de los que contribuyeron a esta atrocidad y a otros actos de violencia política, incluidas las organizaciones que la financian y apoyan». Aseguró que el intento de silenciar a Kirk «fracasó, porque juntos vamos a asegurar que su voz, su mensaje y su legado vivan durante generaciones».
Al mismo tiempo, el FBI anunció este miércoles la detención de un hombre tras el asesinato de Kirk, pero horas después aclaró que había sido liberado al confirmarse que no estaba vinculado al ataque. El director del FBI, Kash Patel, había informado en redes de que el sospechoso estaba bajo custodia, aunque la agencia precisó luego que se trataba de una persona interrogada y descartada.
Antes de confirmarse la muerte de Charlie Kirk, las autoridades detuvieron a otro hombre de unos 60 años en el campus de Utah Valley University, que también fue liberado.
El comisionado de Seguridad Pública de Utah, Beau Mason, subrayó que la investigación sigue activa y centrada en identificar al verdadero responsable. El agente especial Robert Bowles añadió que el FBI ha desplegado todos sus recursos —tácticos, operativos e investigativos— para dar con el autor.
Las autoridades describieron al atacante como un individuo vestido de oscuro que disparó desde la azotea de un edificio del campus, a unos 180 metros del escenario donde Kirk hablaba. Fue un único disparo dirigido al cuello del activista, en medio de una multitud de unas 3.000 personas. El gobernador Spencer Cox calificó lo ocurrido como un «asesinato político» y «un día trágico para nuestra nación», y aseguró que no hay indicios de que hubiera más de un agresor.
El jefe de la Policía Universitaria, Jeff Long, admitió fallos en la seguridad del evento: «Intentas cubrir todas las bases y, por desgracia, hoy no lo hicimos. Y por eso tenemos este trágico incidente». Detalló que en el acto había seis agentes del campus y un equipo privado de seguridad acompañaba a Kirk en su gira.
El asesinato ocurrió a las 12:10, hora local, en un anfiteatro al aire libre de Utah Valley University, en Orem, unos 40 kilómetros al sur de Salt Lake City. Kirk acababa de responder a una pregunta sobre tiroteos cuando fue alcanzado por la bala. Fue trasladado en un vehículo privado a un hospital, donde se certificó su fallecimiento.
En paralelo, Trump utilizó sus redes sociales para marcar el tono de la reacción presidencial. A las 15:02 pidió oraciones por Kirk, cuando aún se desconocía su estado. Más tarde, a las 16:40, anunció oficialmente su muerte, llamándolo «el gran y legendario Charlie Kirk» y subrayando que «nadie entendió ni tuvo el corazón de la juventud en Estados Unidos mejor que Charlie».