En medio de dos años repletos de figuras estelares y momentos históricos en la postemporada de las Grandes Ligas, hay un nombre que ha pasado inadvertido por muchos, pero que las estadísticas colocan como uno de los más determinantes: Teoscar Hernández. El jardinero dominicano de los Dodgers de Los Ángeles se ha convertido en el único pelotero de todo el béisbol que ha conectado 7 jonrones con 22 carreras remolcadas en las últimas dos postemporadas combinadas, una hazaña que lo posiciona como el bateador más consistente y productivo bajo presión reciente.
Mientras muchos jugadores de renombre han visto disminuir su rendimiento en octubre, Hernández ha hecho justo lo contrario: elevar su nivel. En series donde los Dodgers han necesitado héroes, el quisqueyano ha respondido con batazos clave, demostrando que su impacto y su capacidad de producir en momentos decisivos. Sus hits han cambiado marcadores, impulsado victorias y mantenido vivas las aspiraciones de su equipo en instancias críticas.
Lo más impresionante es que, pese a esa productividad sobresaliente, Teoscar Hernández aún no ha recibido un premio MVP de Serie de Campeonato o Serie Mundial. Sin embargo, su rendimiento ha sido de ese calibre: jonrones en momentos determinantes, carreras impulsadas que marcan diferencia y una presencia ofensiva que infunde confianza en todo el lineup angelino.
A la hora de evaluar los números, pocos pueden compararse. En una época dominada por nombres como Aaron Judge, Juan Soto o Shohei Ohtani, Hernández ha sido el más constante en el escenario más exigente del béisbol. Su aporte trasciende las estadísticas: representa liderazgo silencioso, compromiso competitivo y una fiabilidad ofensiva que ha sido la piedra angular del éxito de los Dodgers en octubre.
Puede que el trofeo de MVP todavía no lleve su nombre, pero si la consistencia y el impacto definieran ese galardón, Teoscar Hernández ya tendría uno en su vitrina.