Valentin Vacherot culmina la hazaña más improbable y entrañable: campeón de Shanghái ante su primo Rinderknech

Plusdeporte1 minutes ago11 Vistas

Descubre el tenis a dos jugadores que protagonizan su particular hito familiar, ya para el recuerdo este álbum de lágrimas, sonrisas y triunfos compartidos. Valentin Vacherot y Arthur Rinderknech, estrellas de una de esas historias insólitas que se quedan grabadas más allá de quién gane. Aunque para el monegasco, de 26 años, sí que supone este domingo un antes y un después en su carrera: triunfo ante su primo (4-6, 6-3 y 6-3 en dos horas y 15 minutos), su primer título ATP, y de categoría mil, nada menos, y desde el puesto 204 del ranking, nada más. Detrás de nombres como los de Roger Federer (presente en la grada), Novak Djokovic y Jannik Sinner, en el palmarés del Masters 1.000 de Shanghái aparece ya Valentin Vacherot.

Es una final extraordinaria, histórica, y también entrañable. Aunque se dejen los lazos familiares en el vestuario, el saludo inicial sea de contrincantes y se prodiguen ambos en latigazos para desnortar al contrario desde el primer juego. Pero hay un abrazo más que sentido en la red al terminar, sonrisas incrédulas y cómplices, lágrimas, elogios en las dos direcciones y un grupo de WhatsApp con una veintena de integrantes que celebra a lo loco este triunfo entre primos. Ya hay anécdota para contar durante muchas navidades en casa de los dos.

  • Valentin Vacherot
  • 4 6 6

  • Arthur Rinderknech
  • 6 3 3

    «Pase lo que pase, habrá dos ganadores. Es una final que nadie en la familia podía ni soñar», auguraba Rinderknech antes del partido. Es una final inesperada para todos, también para ellos, que han aprovechado la oportunidad que ofrecen siempre los torneos de otoño, cuando las fuerzas ya escasean entre los que lo han jugado y ganado casi todo en los ocho nueve meses anteriores.

    Es el momento de los que no suelen ocupar las portadas. Ahí se despliegan nombres de la clase media, más propensos a sucumbir en las primeras rondas y que activan el modo sorpresa en citas como esta de Shanghái, o como la de Cincinnati, o como la de la próxima semana en París (del 27 de octubre al 2 de noviembre). Son los torneos en los que, más allá de los tres que lo ganaban todo, asoman campeones como Hubert Hurkacz, David Ferrer, Borna Coric, Karen Khachanov, y ahora está este Vacherot que culmina una hazaña tan bonita como improbable.

    Eufórico, pero contenido en la red, asumió que todo era posible después de ganar a Bublik, Machac, Griekspoor, Rune y Djokovic. Aunque apenas acumulara una veintena de partidos en el circuito profesional de ATP antes de llegar a China, donde aterrizó con la idea de quizá encontrar un papel secundario para participar en la fase previa y protagoniza el papel principal con el partido de su vida: remontada ante su peor rival, ese primo francés que le había ganado en todas y cada una de las ocasiones en las que se habían enfrentado. Y fueron muchas, porque coincidieron en categorías inferiores y también en el circuito universitario. Desde 2016 hasta 2018 compartieron residencia en la Universidad A&T de Texas, y en la única cita oficial, Rinderknech triunfó se impuso en el ITF de Francia de 2018.

    En una final en la que no hubo concesiones ni por lazos familiares, el monegasco aguantó primero la mayor experiencia del francés, que afiló el cuchillo con el saque y aprovechó los momentos de indecisión de su primo, nervioso con su servicio en el tercer juego. Pero la madurez de Vacherot se ha multiplicado en esta semana de sorpresas y triunfos que ya parecían inauditas: nueve seguidas desde la previa. Por qué no seguir en esa línea. Afianzó su servicio gracias a sus 193 centímetros de altura, puso en marcha la maquinaria física para diluir la precisión de Rinderknech y continuó soñando con lo improbable, pero no imposible. Un punto tras otro hasta completar un 5-0 para hacerse con el segundo set, y mantener la línea hasta apagar a su primo con un passing de derecha con el que firmó su nombre en la historia, y en el puesto número 40 de la clasificación. Él, que llegaba hace diez días con el dorsal 204.

    Después de una lesión que truncó demasiado sus últimas temporadas, todavía con un tenis con más recorrido en los torneos challenger que en los profesionales, ha visto que todo es posible. Incluso llevar la bandera de Mónaco, que eligió por ser el país de su madre aunque él nació en pueblito francés, hasta la última ronda de un torneo de esta entidad. Y levantar el trofeo grande. Y con su hermanastro, Benjamin Balleret, como entrenador. Y con el récord de ser el jugador con peor ranking desde Borna Coric en Cincinnati 2022 que conquista un Masters 1.000.

    Este domingo el grupo de WhatsApp familiar explota de júbilo con los dos en este duelo extraordinario. Es la segunda vez en la historia de los Masters 1.000 en el que juegan dos tenistas situados fuera del top 50; Alex Corretja y Roberto Carretero fueron los primeros, en Hamburgo 1996. Y la primera en la que se enfrentan dos miembros de una misma familia en una final de este calibre. Aunque sí ha habido otros duelos fratricidas como los que protagonizaron las hermanas Williams (19-12 para Serena), los Sánchez Vicario (10-2 para Emilio), y los McEnroe (3-0 para John).

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