De viaje oficial por América del Sur -donde esquivó la Argentina por su falta de sintonía con el presidente Javier Milei-, Pedro Sánchez celebró, a la distancia, los dos años desde las últimas elecciones generales que le permitieron volver a ser elegido jefe del gobierno de España en julio de 2023.
Desde hace meses, las investigaciones judiciales que agobian a su entorno le dejan poco margen para festejar.
Porque a las denuncias presentadas contra su esposa, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias, y a la imputación de su hermano, David Sánchez, por haber ocupado un puesto en la Diputación de Badajoz presumiblemente diseñado a medida para él, se suman la causa contra el fiscal general del Estado, por posible revelación de secretos, y la corrupción que involucra a dos ex altos funcionarios del Partido Socialista que Sánchez lidera por haber cobrado coimas en la adjudicación de obras públicas a empresas privadas.
Esta causa apunta al ex ministro de Transportes, José Luis Abalos, a un ex chofer suyo y asesor, Koldo García, y al ex secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, en prisión preventiva desde fines del mes pasado.
Con este peso sobre sus espaldas, Pedro Sánchez llegó a las puertas del verano europeo con el último aliento de resistencia a las presiones de la oposición para que presente su renuncia y convoque nuevas elecciones.
Hasta que hace unos días, el levantamiento del secreto de sumario de una investigación abierta en 2018 contra un ex ministro del Partido Popular (PP), la principal fuerza de la oposición, le dio un respiro al presidente Sánchez.
Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda en el gobierno de José María Aznar, entre abril de 2000 y abril de 2004, y en el mandato de Mariano Rajoy, entre diciembre de 2011 y junio de 2018, está acusado de manipular leyes a medida para beneficiar a empresas privadas.
Las compañías presuntamente favorecidas con la legislación que Montoro se habría ocupado de hacer modificar o aprobar eran clientas de un estudio de abogados que el mismo Montoro había fundado antes de ingresar en la función pública como ministro.
“El uso de tales potestades habría permitido a Equipo Económico (el estudio que el ex ministro abrió en 2008) poder ofrecer a sociedades de distintos sectores reformas que beneficiasen sus intereses económicos, en menoscabo del sector público”, señala el auto del juez Rubén Rus, titular del Juzgado de Instrucción 2 de Tarragona, que acaba de hacerse público.
Según el juez, las empresas dedicadas al rubro energético del gas que contrataron al estudio de Montoro entre 2011 y 2019 habrían desembolsado unos 780 mil euros por sus servicios.
“Quien tiene que dar explicaciones, en sede judicial, es el señor Montoro”, defendió al PP la vocera del partido en el Congreso, Ester Muñoz.
“Por supuesto, van a intentar que esto parezca que es un empate”, agregó Muñoz en alusión al caso de corrupción dentro del Partido Socialista que le borró la sonrisa de la cara a Pedro Sánchez.
“Conviene no insultar a la inteligencia de los españoles -agregó la portavoz del PP-. Porque el caso Koldo (como se conoce en España al cobro de coimas de los ex funcionarios socialistas) afecta al gobierno actual.”
Las malas noticias para el Partido Popular, sin embargo, no terminan aquí. Noelia Núñez, una joven diputada del PP con proyección dentro del partido, acaba de renunciar a sus cargos políticos luego de admitir que en su currículum (CV) figuran estudios que nunca terminó.
Nuñez había sido elegida vicesecretaria de Movilización y Reto Demográfico del PP y en el CV que presentó en el Congreso de los Diputados y en otros organismos oficiales figuraba como licenciada. A veces en Derecho, en otras ocasiones, en Estudios Ingleses. Incluso llegó a adjudicarse un doble grado en Derecho y en Ciencias Jurídicas de las Administraciones Públicas en la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia). Finalmente se supo que no se graduó en ninguna de las especializaciones de cuyos títulos académicos presumía.
“Con mi decisión muestro el camino a todos aquellos dirigentes socialistas que, con bastante más que esconder o tapar, siguen aferrados a sus cargos y sobreviven en política confiando en la amnesia de la gente o el engaño de los ciudadanos”, señaló la ex diputada en su renuncia, aludiendo al principal argumento de su partido: que Pedro Sánchez debería abandonar el Palacio de la Moncloa.