Scott Ruskan, un nadador de rescate de la Guardia Costera de 26 años con base en Corpus Christi, Texas, se despertó con golpes en su puerta la madrugada del 4 de julio. Había inundaciones en los alrededores de San Antonio y, según le dijeron, lo estaban desplegando. ¿Tenía motosierra?
Ruskan formaba parte de un equipo encargado de evacuar a cientos de personas en Camp Mystic, un campamento de verano cristiano solo para niñas a orillas del río Guadalupe, que se ha convertido en un foco de pérdidas tras las catastróficas inundaciones que cobraron la vida de más de 80 personas en el centro de Texas.
Unas 750 niñas asistieron al campamento en esa sesión, según informaron las autoridades.
Un vehículo sumergido cerca del parque de casas rodantes Blue Oak. Foto: Jordan Vonderhaar/The New York Times
Ruskan y su equipo despegaron en helicóptero alrededor de las 7 de la mañana del viernes hacia el campamento, ubicado cerca de Hunt, Texas. Tardaron casi seis horas en llegar a San Antonio debido a la mala visibilidad y las difíciles condiciones climáticas. “Una experiencia de nerviosismo”, dijo.
Al final de sus operaciones, a Ruskan se le atribuyó el rescate de 165 personas del Campamento Mystic.
Ruskan formó parte de los más de 1700 socorristas, transeúntes, familiares y otras personas que utilizaron helicópteros y drones, llegaron a caballo y en camiones, y buscaron desde botes y carritos de golf a quienes seguían desaparecidos, mientras las operaciones de búsqueda y rescate entraban en su cuarto día.
Muchas historias de rescate de las últimas 48 horas han sido desgarradoras. Una mujer de 22 años fue rescatada tras aferrarse a un árbol durante la noche. Una niña fue encontrada tras flotar en un colchón durante horas. Una madre y su hijo de 19 años sobrevivieron aferrándose el uno al otro y a un árbol. Una consejera del Campamento Mystic ayudó a evacuar a sus 14 jóvenes campistas a un lugar seguro.
Equipos de búsqueda y rescate revisan montones de escombros. Foto: Carter Johnston/The New York Times
Ruskan y su equipo tuvieron una tarea particularmente ardua.
Tras su peligroso viaje desde Corpus Christi, Ruskan y su equipo finalmente aterrizaron en Camp Mystic, donde comenzaron a trabajar con 12 helicópteros de rescate, incluyendo algunos de la Guardia Nacional del Ejército.
Cerca de 200 personas, en su mayoría campistas y algunos miembros del personal del campamento, tuvieron que ser evacuadas. Se habilitaron dos zonas de aterrizaje principales: una en un campo de tiro con arco y otra en un campo de fútbol.
Ruskan se dio cuenta de que quedarse en el lugar liberaría dos plazas adicionales en su helicóptero para los evacuados, comentó, así que le dijo a su unidad: “Me encantaría quedarme, podría hacer mucho más en el terreno”.
Se convirtió en la persona principal en el lugar, tanto para el triaje como para brindar apoyo emocional a los sobrevivientes.
Equipos de rescate y voluntarios buscan víctimas en el río Guadalupe. Foto: Johnston/The New York Times
“Las niñas estaban en pijama”, recordó en una entrevista con The New York Times, señalando que algunas solo llevaban un zapato. Tenían frío y estaban cansadas, muchas empapadas. Y estaban desesperadas por obtener respuestas sobre sus amigas.
“Tenía un trabajo que hacer”, añadió Ruskan. Toda esta gente te mira aterrorizada con una mirada perdida. Quieren algún tipo de consuelo, alguien que los salve”.
En todo el estado, al menos 81 personas han muerto a causa de las inundaciones, 28 de ellas niños. Más de 40 siguen desaparecidas, según informaron las autoridades: 10 de ellas son campistas de Camp Mystic y una es consejera.
Hasta el sábado por la noche, más de 850 personas han sido rescatadas en las operaciones de búsqueda. Las autoridades texanas han asegurado a los residentes que continuarán buscando a los desaparecidos hasta encontrar a todos, aunque reconocen que la esperanza de encontrar a más personas con vida disminuye cada hora.
“Seguiremos dedicados al 100%, buscando a cada uno de los niños que estaban en Camp Mystic, así como a cualquier otra persona, y a todo el lecho del río para asegurarnos de que se recuperen”, declaró el gobernador de Texas, Greg Abbott, en una conferencia de prensa el domingo.
El domingo, el presidente Donald Trump accedió a la solicitud de Abbott de una declaración federal de desastre, desviando la asistencia federal a las zonas afectadas. Las autoridades estatales y locales han instado a la población a no salir a realizar operaciones de búsqueda y rescate y han pedido que no utilicen drones personales sobre las zonas afectadas.
El viernes, en Camp Mystic, Ruskan trasladó a las campistas a los helicópteros que las pondrían a salvo, a veces cargando a dos niñas en un brazo. Mientras se llevaba a algunos evacuados, les aseguró a los demás que volvería por ellos.
Algunos preguntaron si podían llevarse su peluche. “Por supuesto”, les respondió.
