
Al menos 103 gazatíes murieron el martes en ataques israelíes, entre ellos más de la mitad, 60 personas, cerca de puntos de distribución de ayuda humanitaria, según los autoridades sanitarias locales, después de que el domingo el Ejército israelí anunciara “pausas tácticas” para facilitar la entrada de asistencia en el enclave palestino.
Los nuevos números llegan cuando dos organizaciones humanitarias israelíes denunciaron que Israel está cometiendo genocidio en Gaza, y expertos en alimentación, respaldados por la ONU, advirtieron que “el peor escenario de hambruna ya está en curso” en la Franja.
Según el reporte diario del Ministerio de Sanidad de Gaza publicado este miércoles, que se refiere a datos de un día antes, al menos 13 personas murieron en la calle Salah al Din, en el centro del enclave, donde opera el centro de distribución SDS4 de la polémica Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), respaldada por Israel y Estados Unidos, pero duramente criticada por la ONU.
Otros siete gazatíes fallecieron por fuego israelí en el punto de distribución de la GHF ubicado cerca de la ciudad sureña de Rafah, elevando el número de personas que murieron por acudir a recoger ayuda a 1.239 desde que en mayo Israel estableciera un nuevo esquema de reparto de ayuda con la GFH prescindiendo de la ONU.
Además, al menos 30 palestinos murieron en una serie de ataques israelíes contra un campamento de refugiados al norte de Nuseirat, en el centro de la Franja, según Sanidad de Gaza, que forma parte del Gobierno de Hamás en la Franja.
Todas estas muertes se produjeron después de que el Ejército israelí anunciara el domingo la implementación de “pausas tácticas” diarias en sus operaciones militares para permitir la entrega de ayuda humanitaria durante ciertos horarios y en ciertos puntos en el enclave.
Con estas cifras, el número de gazatíes muertos desde el inicio de la ofensiva israelí el 7 de octubre de 2023 se eleva a los 60.138, en una situación que ha sido denunciada como genocidio por países como Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), una calificación que también han empleado organizaciones internacionales e israelíes de derechos humanos.
Una serie de imágenes de niños desnutridos en Gaza y testimonios de muertes por hambre han sacudido la opinión pública mundial desde hace días, lo que llevó al propio Donald Trump a admitir que “hay una verdadera hambruna” en la Franja e instó a Benjamín Netanyahu a permitir el reparto de alimentos. El propio papa León XIV denunció la grave situación entre los gazatíes.
Este miércoles, un centenar de personas se manifestó frente a la sede del Ministerio británico de Asuntos Exteriores en Londres para pedir el fin de la hambruna en Gaza con un cacerolazo improvisado.
Convocados por varias asociaciones locales propalestinas, los manifestantes se congregaron junto al edificio ministerial con banderas de Palestina y portaban pancartas en las que se podían leer frases como “dejen de matar de hambre a Gaza” o exigían más sanciones y el embargo de armas a Israel.
A golpe de cacerola y otros utensilios de cocina, una de las mujeres presentes alegaba en su cartel que utilizaba el ruido “para despertar la humanidad del 10 de Downing Street (la residencia del primer ministro británico, Keir Starmer), que parece dormida“.
Pero las muertes por inanición en la Franja siguen sucediendo.
El Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza registró la muerte de cuatro personas más por desnutrición este martes, entre ellas una bebé de dos años.
“Esto eleva el total de muertes relacionadas con la hambruna a 154, incluidas las de 89 niños”, afirmó el ministerio en un comunicado.
Entre los muertos se encuentra la niña Mecca Al Gharabli, confirmaron a EFE fuentes en Sanidad, que falleció este martes en el Hospital de los Mártires de Al Aqsa de Deir al Balah (centro).
La ficha del centro hospitalario recoge que nació el 21 de junio de 2023, unos meses antes del ataque de Hamas contra territorio israelí del 7 de octubre, en el que los milicianos palestinos mataron a unas 1.200 personas, y del inmediato inicio de la ofensiva de Israel contra Gaza, que se ha cobrado la vida de más de 60.000.
Como causa de su muerte, el hospital escribió “desnutrición” en el registro.
“Debería haber sido hospitalizada fuera (de Gaza), pero con la guerra y en estas circunstancias salir fuera es imposible. Lo hemos intentado en vano. Se le prescribió una leche especial, pero no está disponible“, dice en una grabación su padre, Fadel Al Gharabli, mientras sostiene el cuerpo de su hija Mecca envuelto en un sudario, antes de ser trasladado a una ambulancia para su entierro.
En poco más de una semana, los muertos por desnutrición se duplicaron en la Franja, creciendo de cerca de 70 a 154, según los datos de Sanidad gazatí, y desatando las alarmas entre la comunidad internacional.






