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Yesavage, quien comenzó la temporada en ligas menores, mostró un dominio absoluto desde el primer lanzamiento. Su repertorio, liderado por una slider cortante y una recta explosiva dejó sin respuestas a una alineación plagada de estrellas. Con 12 ponches en total y ninguna base por bolas, el derecho de 22 años se convirtió en el tercer lanzador en la historia del Clásico de Otoño en eliminar por la vía del ponche a todos los titulares de un equipo rival.
La actuación de Yesavage no solo fue histórica por los números, sino también por el contexto. Los Blue Jays, que no ganan una Serie Mundial desde 1993, se colocaron a una sola victoria del campeonato gracias a su dominio. El impacto emocional y estratégico de su salida podría ser el punto de quiebre definitivo en la serie.
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Blue Jays encontró en Yesavage una figura inesperada, un héroe silencioso que transformó el rumbo de la postemporada. Su serenidad en el montículo, combinada con una ejecución impecable, lo posiciona como uno de los protagonistas más memorables de esta edición.
Con esta hazaña, Trey Yesavage no solo igualó marcas históricas, sino que también redefinió lo que significa ser un novato en octubre. Su nombre ya forma parte de la élite de lanzadores que brillaron en el escenario más grande del beisbol.






