
 
Lo que Vladímir Guerrero Jr. está haciendo en este octubre pasará a los libros de historia como una de las actuaciones más dominantes jamás registradas. El primera base de los Blue Jays de Toronto se convirtió en el único jugador en la historia de las Grandes Ligas en conectar más de 25 hits y remolcar 15 o más carreras en una misma postemporada, una hazaña que ninguna leyenda del juego había conseguido hasta ahora.
Ni Derek Jeter, ni David Ortiz, ni Manny Ramírez, ni Albert Pujols, ni siquiera figuras del calibre de José Altuve todos ellos dueños de memorables capítulos en la historia de octubre pudieron combinar semejante producción ofensiva en un solo viaje por los playoffs. Guerrero Jr. no solo brilló: dominó de principio a fin, siendo el motor de una ofensiva canadiense que llegó encendida al escenario más grande del béisbol.
Para lograr este histórico registro, se necesita mucho más que talento. Se requieren consistencia, oportunidad, poder, contacto y sangre fría en los momentos más críticos del año. Vladímir Guerrero Jr combinó todo eso: bateó para promedio, apareció en los turnos de mayor presión y cargó a su equipo cuando más lo necesitaban. Cada serie, cada juego y cada turno al bate tuvo un impacto.
A lo largo de 18 juegos y 65 turnos, el dominico-canadiense posee 17 anotadas, 27 hits, 3 dobles, 8 jonrones, 15 carreras remolcadas, 12 boletos (5 intencionales) y apenas 5 ponches, para así lograr un AVG de .415 con 1.337 de OPS en 16 juegos.
Este hito también refleja la evolución y madurez de Guerrero Jr. como líder ofensivo. Tras años de expectativas y comparaciones inevitables con su padre, miembro del Salón de la Fama, Vladímir Guerrero Jr. entregó una de las postemporadas más completas e influyentes de todos los tiempos.






