El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Lammy, se encuentra en el centro de una polémica administrativa y política tras confirmarse que participó en una jornada de pesca sin contar con la licencia obligatoria, en compañía del vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance. … El incidente tuvo lugar en los terrenos de Chevening House, la residencia oficial que el Gobierno británico pone a disposición del titular de Exteriores, situada en el condado de Kent, en el marco de un encuentro informal mantenido durante la visita del político estadounidense al Reino Unido.
Según la prensa local, Lammy no disponía del permiso requerido por la normativa británica para la pesca, una autorización que es obligatoria para cualquier persona mayor de 13 años que pretenda pescar en Inglaterra o Gales, incluso en aguas privadas. La ausencia de licencia fue detectada tras la actividad y, de acuerdo con las mismas fuentes, el ministro procedió a adquirirla de inmediato y a notificar personalmente su infracción a la Agencia de Medio Ambiente, el organismo encargado de supervisar el cumplimiento de estas regulaciones.
La legislación vigente establece que la pesca sin la licencia correspondiente puede acarrear sanciones económicas que, en los casos más graves, alcanzan las 2.500 libras esterlinas. No obstante, hasta el momento no se ha comunicado oficialmente si Lammy recibirá una multa ni la cuantía de una eventual sanción. Desde la Agencia se han limitado a confirmar que la infracción ha sido registrada y que se seguirá el procedimiento habitual.
La actividad de pesca se desarrolló en el lago de la propiedad, en un contexto descrito por varias fuentes gubernamentales como «una ocasión amistosa» en la que, además de la actividad recreativa, ambos políticos mantuvieron conversaciones sobre la actualidad internacional, como la guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza y otros asuntos bilaterales. Según las fuentes, todos los peces capturados fueron devueltos al agua, en cumplimiento de las prácticas de captura y suelta que se aplican en buena parte de las pesquerías privadas británicas.
Lammy ha reconocido públicamente el error, que atribuyó a un «descuido administrativo», y detalló que se ha sometido voluntariamente a la revisión del comisionado para el cumplimiento de los estándares ministeriales. Este gesto, habitual en el Reino Unido cuando un alto cargo es objeto de un posible reproche legal o ético, permite que un órgano independiente evalúe si la actuación vulnera las normas de conducta pública.
Aunque la infracción de Lammy es de carácter menor en términos legales, su repercusión mediática ha sido amplificada por la presencia de J. D. Vance.
Desde Washington no se han ofrecido comentarios oficiales sobre el incidente. Los medios estadounidenses han recogido la noticia sin que, hasta ahora, se haya generado un debate político relevante al otro lado del Atlántico. Sin embargo, en Londres, el episodio ha reabierto discusiones en el Parlamento sobre el rigor en el cumplimiento de las normativas por parte de los responsables públicos, incluso en actividades privadas o de carácter protocolario no estrictamente vinculadas con el ejercicio del cargo.