En medio de un tenso paisaje de blindados, uniformes camuflados, agentes encapuchados y armas largas, el presidente Donald Trump vuelve a poner en el centro de la escena su política de “mano dura” contra el delito con una recorrida junto a las fuerzas federales este jueves por la noche por las calles de Washington DC, que desde hace más de una semana fue copada por tropas de la Guardia Nacional y otros agentes para combatir un supuesto “baño de sangre” criminal, que las estadísticas en realidad no muestran.
“Voy a salir esta noche con la policía y con el ejército, por supuesto”, dijo Trump en una entrevista con el presentador del programa de entrevistas Todd Starnes. Se incorporará así a los más de 800 miembros de la Guardia Nacional, más agentes del FBI, de la agencia encargada de arrestar inmigrantes ilegales (ICE) y la DEA, que se han desplegado a petición de Trump en la capital estadounidense, que se ha visto trastocada por la inédita presencia de las tropas para expulsar a los “sin techo” y combatir el delito.
La salida de Trump se percibe como una estrategia para desviar la atención de temas que lo incomodan como el estancamiento de la paz en Ucrania o el escándalo Epstein, y también dirigir la atención hacia un tema clave de su campaña, la mano dura contra el crimen.
El presidente busca ligar a las grandes urbes de Estados Unidos, que en su enorme mayoría están en manos de la oposición demócrata, al caos y a un supuesto “baño de sangre”, aunque las cifras reales no avalen esta narrativa. Así, justificaría la ocupación militar federal en esos territorios. El primer paso lo dio en Los Angeles, meses atrás.
Los patrullajes comenzaron en áreas turísticas clave como la avenida Constitución cerca de la Casa Blanca, los alrededores de los monumentos más representativos, la estación de trenes Union Station más algunas zonas de restaurantes y entretenimiento como la calle U o Dupont Circle.
Oficiales de policía rodean a un hombre mientras es detenido por un agente de HSI en la estación de autobuses de Anacostia durante una patrulla de vigilancia, en Washington. Foto Reuters
El clima es tenso en Washington, una ciudad de cerca de 300.000 habitantes, con un 43% de residentes afroamericanos y casi un 10% de latinos, un distrito que votó abrumadoramente contra Trump en las elecciones del año pasado.
Se ven marchas de protestas constantes de ciudadanos que piden al presidente que retire las fuerzas federales y que frene los arrestos arbitrarios: “Nuestro hogar”, gritan. Y portan carteles con el rostro del presidente con el bigote de Hitler. “No queremos nazis en la Casa Blanca”. “ICE (la fuerza antiinmigrantes) go home” .
Jesse García, director de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos en Washington, relató a Clarín la tensión que se vive dentro de la comunidad, que tiene que transitar y trabajar en la capital y son víctimas de chequeos constantes de los servicios migratorios, a veces violentos, solo por su aspecto latino.
“Los latinos, tanto ciudadanos estadounidenses como no ciudadanos, estamos muy nerviosos por la intervención federal. Vemos en nuestra vida diaria la militarización de una ciudad que una vez fue el epicentro de importantes momentos de derechos civiles, desde la fundación de nuestra nación democrática hasta el punto de encuentro del movimiento afroamericano por los derechos civiles, y una ciudad donde se acogió a refugiados centroamericanos para reasentarse”.
“Ahora, vemos cómo personas de piel morena son secuestradas por agentes del orden enmascarados en vehículos sin identificación, sin que los transeúntes puedan hacer nada por temor a ser arrestados o baleados. Y estos inmigrantes latinos de piel morena detenidos solo están yendo a trabajar, en la mayoría de los casos repartiendo comida, o simplemente caminando a casa pacíficamente”, clamó.
Un agente de HSI y un policía local detiene a un hombre durante una patrulla de vigilancia en Washington. Foto Reuters
García revela algunas estrategias dentro de la comunidad para sortear los controles. “La gente suele alertarse mutuamente cuando la policía está en la zona. Gritan a quienes intentan salir de una estación de metro a que regresen y se bajen en la siguiente para evitar un posible interrogatorio”, señala y se lamenta: “Los inmigrantes trabajadores que vinieron aquí en busca de una segunda oportunidad están siendo arrastrados a alimentar el odio que ayudó a elegir al último presidente de los Estados Unidos”.
Rechazo y consecuencias
Una mayoría del 79% de los residentes de DC se opone a la orden de Trump, según una encuesta de The Washington Post/Schar School publicada el miércoles, y solo el 17% apoya la decisión. No creen que la ofensiva presidencial reduzca el delito y favorecen, en cambio, un aumento de las oportunidades económicas en los barrios pobres (77%), leyes nacionales de armas más estrictas (70%), un mayor número de agentes de la Policía Metropolitana (63%) y otras estrategias ayudarían a resolver los delitos violentos.
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“Sólo a los hispanos nos tratan así”: continúan las protestas migratorias en Los Ángeles
La ocupación militar afecta también a los comerciantes. Los adolescentes tienen miedo de salir, las parejas no quieren ir a comer en un clima tenso. Jenna D’Aniello, portavoz de la empresa de reservas Open Table, dijo a Clarín que “las comidas en restaurantes en Washington disminuyeron un 24 % interanual (comparado con el periodo del 12 al 18 de agosto de 2024, que coincidió con la Semana de los Restaurantes en la ciudad) y un 7 % intersemanal (en comparación con el periodo del 4 al 10 de agosto)”.
Desde la Asociación de Restaurantes del área de Washington, Joseph Early dijo a Clarín que la semana pasada las salidas a comer habían bajado, aunque en esta semana, de la mano de una promoción especial en todos los restaurantes de la ciudad que incluye menú fijos a precios módicos, parecía haberse recuperado.
Una figura de cartón alterada del presidente estadounidense Donald Trump se exhibe frente a miembros de la Guardia Nacional en Union Station. Foto Reuters
“Si bien los operadores se mantienen cautelosos debido a los desafíos actuales, esta temprana recuperación es una señal esperanzadora de que los comensales están volviendo”. “La Semana de Restaurantes –dijo en referencia al nombre de la promoción– existe para momentos como este”.
Trump dijo que los delitos han bajado desde que las fuerzas federales patrullan las calles. La alcaldesa demócrata, Muriel Bowser, señaló en cambio este jueves que el departamento de policía de la ciudad había registrado caídas significativas de los delitos violentos antes de la intervención del presidente en la capital.