El boxeador estadounidense Terence “Bud” Crawford abrió para sí la puerta de la historia del boxeo y entró en ella con una inobjetable y unánime decisión de 116-112 y un doble 115-113 sobre el favorito mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, a quien arrebató las 4 coronas (AMB-CMB-OMB-FIB) del peso supermediano la noche del pasado sábado 13 en el ring del Allegiant Stadium de Las Vegas, Nevada, para convertirse en el primer triple campeón masculino indiscutido en los anales de la disciplina, en la llamada era de los cuatro cinturones.
Antes de Crawford la proeza la había alcanzado en femenino su compatriota Claressa Shields, quien reinó en superwelter(2021), mediano (2019-20) y supermediano(2027-2018). Con su triunfo sobre Álvarez, en una pelea en la que subía del superwelter(69,850 kilos/154 libras) al supermediano(76,200/168), Crawford, que ha sido también rey ligero, superlijero y superwelter, invicto ahora con 41 victorias, 31 de ellas por KO, echo al piso los pronósticos que lo veían en aparente franca desventaja ante un peleador presumiblemente más recio-superior en cuanto al peso—del lado del de Guadalajara–con una exhibición impecable y contundentede habilidad y de efectividad en su golpeo, virtudes mediante las cuales logró contener todos los embates del contrincante a lo largo de los 12 asaltos y con la colocación de golpes más efectivos y puntuables en la media hora y 6 minutos de las acciones, ante una multitud superior a los 65-70 mil espectadores entre quienes se hallaban numerosas celebridades, tales como el exbasquetbolista “Magic” Johnson, los exboxeadores y exmonarcas mundiales Mike Tyson, Evander Holyfield y Julio César Chávez, la actriz Charlize Theron y el cantante Marc Anthony, entre otras decenas.
LA HABILIDAD PUDO MÁS QUE LA FUERZA
Un poco de algo personal, previo permiso del lector,antes de seguir con el combate en sí, para apuntar que en nuestro comentario pre-pelea expresamosque veíamos una teórica ventaja para el azteca desde el punto de vista físico, por el ya comentadoaspecto de su superioridad en cuanto a si mayor tonelaje (unos 8-10 kilos más), aunque al subir al ring ambos dieron 167.5 libras o 75, 976 kilos ( y un poco también en experiencia hacia el lado del “Canelo”, además de sus casi tres años menor en edad (35 por 37) y también apoyados en un ligero mayor poder golpeador. Incluso echamos manos del antiguo axioma del boxeo que reza que “el bueno grande se gana al bueno chiquito”, aun cuando, y lo repetimos para sentirnos menos frustrados, también dijimos en su momento, textualmente, que “sin que esto signifique que tal afirmación es infalible. Pasa a veces lo contrario, más de lo que se piensa-“ Y pasó en la pelea del sábado que ciertamente respondió a plenitud las expectativas despertadasdesde el anuncio hecho unos meses atrás por el promotor saudita Turki Alasisshikh, quien junto con Dana White, de TKO, fueron los responsables de la organización de la cartelera en la que “Canelo” tenía asegurado un bono especial de &100 millones y “Bud” otro por la mitad de esa suma, esta regalía sin incluir la bolsa de ambos peleadores, un secreto bien guardado-
Vale repetir lo dicho en línea anteriores, para no hacer interminablemente esta crónicaelaborada a toda prisa, en aras del breve tiempo de que disponemos para su publicación: el trabajo magistral de Crawford, que desplegó toda su habilidad para frenera la ofensiva a la postre inútil de Álvarez, quien quedó ahora con marca de 53-3-2 y 39 nocauts no fue sino, como ha ocurrido tantas veces en un ring, el de la inteligencia, el de la mejor técnica sobre la fuerza. “Bud” se las ingenió, paciente y hábilmente, para frenera las embestidas del contrario, lo contuvo cuando fue menester, sin cederle nunca brechas por donde penetrar en sus agresivos ataques, en los 12 asaltos disputados, todo lo cual fue cabal y meticulosamente registrado en las tarjetas de los jueces Tim Cheatam (115-113), Max DeLuca (115-113) y 116-112 de Steve Wesfeld, todos de EE.UU. Nada más que agregar, excepto repetir aquello de “¡Honoral vencedor. Gloría al vencido).
Y preguntar, para concluir, tan solo lo tantas veces preguntado en desenlaces parecidos:¿Habrá revancha? Suponemos que es insoslayable.