
El venezolano José Altuve enfrenta una realidad que ya no se puede ignorar: su producción ofensiva sigue siendo valiosa, pero su aporte defensivo se ha convertido en una carga, especialmente considerando que viene de su peor temporada en más de una década. Con 36 años cumplidos en mayo y tras un 2025 por debajo de sus estándares, todo apunta a que la mejor versión del venezolano de ahora en adelante será como bateador designado.
La temporada pasada, Houston intentó iniciar una transición que muchos consideraban inevitable: mover a Altuve fuera de la segunda base. El plan original era colocarlo en el jardín izquierdo con mayor regularidad. De hecho, durante el spring training se preparó para ese rol y aceptó el cambio de posición con profesionalismo.
Los números defensivos dejaron claro que su tiempo como jugador de posición está en declive. Sus métricas en segunda base fueron negativas y, en el jardín izquierdo, tampoco mostró una mejora que justifique seguir insistiendo. Pero más allá de su defensa, el análisis clave está en dónde Altuve puede producir más con el bate. La respuesta parece obvia.
José Altuve viene de su temporada ofensiva más floja desde 2013: bateó .265/.329/.442 con apenas 0.5 WAR según Baseball-Reference. Aun tomando en cuenta que jugó el último mes con molestias en el pie derecho, su impacto como bateador ya no es suficiente para compensar sus deficiencias defensivas.
En contraste, cuando tomó turnos como bateador designado, su rendimiento fue considerablemente superior. Registró un OPS de .816 en 211 apariciones al plato como DH, una cifra que no pudo replicar ni jugando en segunda base ni en el jardín izquierdo. Los números no mienten: Altuve rinde mejor cuando solo se concentra en batear.
En la mayoría de los equipos, la solución sería directa: José Altuve como bateador designado titular. El problema para Houston es que ese rol tiene dueño: Yordan Álvarez. Su presencia condiciona cualquier decisión, pues es uno de los bates más temidos del béisbol y acumula la mayoría de sus juegos como DH. Sin embargo, Álvarez también puede desempeñarse en el jardín izquierdo cuando es necesario, aunque ni él ni Altuve destacan defensivamente allí.
Esto obliga al manager Joe Espada y al gerente Dana Brown a tomar una decisión estratégica. Una opción sería rotar a Álvarez y Altuve entre el jardín izquierdo y el puesto de bateador designado, reduciendo la carga defensiva de ambos y maximizando su impacto ofensivo.
El panorama es claro: si los Astros quieren extraer la mejor versión ofensiva de José Altuve en esta nueva etapa de su carrera, deben minimizar su presencia defensiva. Mantenerlo en segunda base solo acelerará su declive y reducirá su valor. Como DH, puede ofrecer todavía un bate competitivo y productivo, y los números lo respaldan.






