Donald Trump y altos funcionarios de su gobierno rinden homenaje a Charlie Kirk este domingo en un evento en un estadio de Arizona, tras el asesinato a tiros del influyente activista conservador la semana pasada. El presidente de Estados Unidos, su hijo Donald Trump Jr. y su novia Bettina Anderson ya asisten al servicio conmemorativo en el State Farm Stadium, en Glendale, Arizona.
Al salir de la Casa Blanca para volar al oeste, Trump dijo que la ceremonia tendría como objetivo “celebrar la vida de un gran hombre”. “Realmente un gran hombre. Será un día muy duro”, añadió.
Las exequias arrancaron este domingo en el Estadio State Farm de Arizona con la presencia de decenas de miles de seguidores y la pompa y la envergadura propias de un gran funeral de Estado.
El evento celebrado en el recinto deportivo, que registró el lleno absoluto con 73.000 asistentes, arrancó con cánticos evangélicos y después un conjunto de gaiteros que interpretó la melodía de ‘Gracia divina’ frente a un gran retrato de Kirk montado sobre un enorme escenario.
Rob McCoy, un pastor de California muy cercano a Kirk, inició el servicio para dar paso al himno nacional y después a otros oradores, como el presidente de la universidad de Michigan donde Kirk estudió o miembros de su organización, Turning Point.
Las alabanzas que hicieron del activista fueron recibidas con grandes ovaciones desde las gradas por los asistentes a un evento que se prevé que dure varias horas.
Trump será el orador estrella de una ceremonia en la que está previsto que hablen también el vicepresidente JD Vance, o Erika Kirk, viuda de Kirk y nueva directora ejecutiva de Turning Point.
Miles de personas hacían cola antes del amanecer con la esperanza de entrar en el estadio. Muchos de los asistentes lucía prendas con los colores rojo, blanco y azul de la bandera estadounidense o gorras con el icónico eslogan de Trump “Make America Great Again” (Hagamos grande de nuevo a Estados Unidos).
“Lo veo como un mártir de Cristo, sin duda”, dijo Monica Mireles, una tejana de 44 años que condujo 12 horas para asistir al servicio.
Kirk, de 31 años, recibió un disparo en el cuello el 10 de septiembre mientras hablaba en una universidad de Utah como parte de su popular serie de debates públicos.
Las autoridades arrestaron a un sospechoso tras 33 horas de búsqueda, y la fiscalía solicitó la pena de muerte en el caso.
El asesinato del líder conservador, fundador del grupo juvenil de derecha Turning Point USA, ha profundizado aún más las enconadas divisiones políticas en Estados Unidos.
Las autoridades afirman que el presunto tirador de 22 años citó como motivo de su crimen el “odio” que, según él, alimentaba Kirk, quien era un crítico mordaz de las personas transgénero, los musulmanes y otros.
Kirk utilizó sus millones de seguidores en redes sociales, la enorme audiencia de su podcast y sus apariciones en universidades para impulsar a Trump entre los jóvenes y defender una ideología política nacionalista y cristiana.
Incluso antes de que el sospechoso fuera identificado o arrestado, Trump calificó a Kirk de “mártir de la verdad y la libertad” y culpó de su asesinato a la retórica de la “izquierda radical”.