El esperado duelo entre el venezolano Angelino Córdova (19-0-2, 12 KO) y el puertorriqueño Yankiel Rivera (7-0-1, 3 KO), celebrado el sábado 23 de agosto en el Caribe Royale Resort de Orlando, Florida, terminó en un empate mayoritario tras doce asaltos intensos y caóticos. El combate tenía en juego el título mundial interino mosca de la WBA, pero el veredicto dejó el cinturón sin dueño y a ambos peleadores con sensaciones encontradas.
Desde el primer campanazo, la pelea se convirtió en una guerra de estilos. Rivera, olímpico en Tokio 2020 y primer clasificado de la WBA, mostró confianza y precisión, mientras que Córdova, segundo en el ranking, apostó por volumen de golpes. El momento más claro llegó en el cuarto asalto, cuando Rivera derribó al venezolano con una combinación limpia que levantó al público de sus asientos. Parecía el punto de quiebre, pero Córdova respondió con garra, ajustando su ritmo y complicando al boricua con desplazamientos incómodos y golpes al cuerpo.
La pelea, sin embargo, no estuvo exenta de controversia. En el sexto episodio, Córdova fue penalizado con un punto por golpear en la nuca a Rivera, una acción que tendría peso decisivo en las tarjetas. Además, hubo múltiples forcejeos, choques de cabeza y momentos de desorden que obligaron al árbitro a intervenir en varias ocasiones. En el octavo asalto, incluso se detuvo la acción para secar la lona por exceso de humedad, reflejo de una velada tan intensa como accidentada.
Tras doce rounds, las tarjetas reflejaron la paridad: 115-111 para Córdova, y 113-113 en las otras dos planillas, decretando empate mayoritario. El resultado fue recibido con sorpresa por parte del público y los equipos, especialmente por Rivera, quien había logrado el único derribo del combate y parecía haber controlado los primeros asaltos. Córdova, por su parte, cerró mejor y mostró capacidad de adaptación, aunque la deducción de punto le costó la victoria.
Ambos boxeadores mantuvieron su invicto y el combate cumplió con las expectativas en cuanto a intensidad y nivel competitivo, y dejó claro que tanto Rivera como Córdova pertenecen a la élite del peso mosca.