Un hombre condenado a muerte por el asesinato de su esposa y sus dos hijos en 1989 fue ejecutado en Tennessee el jueves, según las autoridades carcelarias de ese estado estadounidense.
Oscar Smith, de 75 años, fue el tercer recluso condenado a muerte ejecutado en Estados Unidos esta semana; todas las ejecuciones se realizaron mediante inyección letal.
Smith fue declarado muerto a las 10:47 hora local (15:47 GMT) en la Institución de Máxima Seguridad Riverbend en Nashville, Tennessee.
Había sido condenado por disparar y apuñalar fatalmente a su esposa, Judy Smith, de quien estaba separado, y a sus dos hijos, Chad y Jason Burnett, en 1989.
Mike Robirds y Terri Osborne, hermanos de Judy, declararon en un comunicado que “seguirán cargando” el dolor por la pérdida de su hermana y sus sobrinos.
“A través de nuestra angustia, recordamos las devastadoras consecuencias de la violencia doméstica”, afirmaron en el texto.
Este año se han llevado a cabo 19 ejecuciones en Estados Unidos: 15 por inyección letal, dos por fusilamiento y dos con gas nitrógeno.
La pena de muerte ha sido abolida en 23 de los 50 estados de la Unión, mientras que otros tres (California, Oregón y Pensilvania) tienen moratorias vigentes.
El presidente republicano Donald Trump es un defensor de la pena capital y, en su primer día en el cargo, pidió ampliar su aplicación “para los crímenes más viles”.
Smith fue el tercer hombre ejecutado en una semana en EEUU. El primero fue Glen Rogers, de 62 años, el pasado jueves 15 de mayo, en Florida.
El hombre, apodado el “Asesino Casanova”, fue ejecutado mediante inyección letal a las 18:16 horas, después de que el gobernador Ron DeSantis firmara su orden de ejecución el mes pasado, casi tres décadas después de los crímenes.
Glen, detenido en el Departamento Correccional Florida, es un autoproclamado asesino en serie, que en una ocasión reconoció a un agente de la ley que había matado a 70 mujeres.
El martes 20 de mayo, también fue ejecutado por inyección letal Matthew Johnson, de 49 años, quien se declaró culpable de matar a una empleada de una tienda de conveniencia prendiéndole fuego en 2012. La mujer era Nancy Harris de 76 años.
“A la familia de la Sra. Harris, al mirarlos a todos, la veo a ella en ese día. Les pido perdón, nunca quise lastimarla”, fueron parte de las últimas palabras de Johnson, según informó el Departamento de Justicia Criminal de Texas.
FUENTE: Con información de AFP / Fox News