La península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, seguía sufriendo este jueves las sacudidas de numerosas réplicas del terremoto de magnitud 8,8 que el miércoles hizo temblar la región, el mayor desde 1952. Pero la alerta de tsunami ha decaído finalmente en las costas del Pacífico, y millones de personas volvían a sus casas, luego de las evacuaciones masivas por prevención.
El Servicio Geofísico Unificado ruso registró ocho terremotos de magnitudes entre 4,5 y 6,7 en las costas de la zona en sólo una hora, aunque no vieron la necesidad de volver a activar la alerta de tsunamis por el progresivo descenso de los movimientos telúricos que podrían extenderse a lo largo de meses.
El sismo de magnitud 8,8 se produjo el miércoles en la mañana (la noche del martes en la Argentina) a una profundidad de 20,7 km, y a 126 km de la costa de Petropávlovsk-Kamchatski, capital de la península rusa de Kamchatka, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Hubo al menos seis réplicas, una de ellas de 6,0 de magnitud.
Más de una docena de países, desde Japón y Estados Unidos hasta Ecuador, México y Colombia, advirtieron a la población que se mantuviera alejada de las zonas costeras.
En Japón, el gobierno llamó a más de dos millones de personas a alejarse de las costas y una ola de 1,3 metros alcanzó un puerto en la provincia de Miyagi, en el norte del país.
Nubes oscuras y temor a un tsunami en un mirador de Valparaíso, Chile, este miércoles tras el feroz terremoto en Rusia. Foto: AP
Tras haber reducido los niveles de alerta de tsunami en la mayor parte del archipiélago, la Agencia meteorológica japonesa decidió mantener el jueves el nivel “advertencia” en gran parte de su costa pacífica.
La central nuclear de Fukushima, en el noreste de Japón, golpeada por un gran terremoto y tsunami en 2011, fue cerrada por precaución.
Sin embargo, los temores de una catástrofe no se materializaron, y uno a uno los países levantaron o rebajaron sus advertencias y comunicaron a la población costera que podía regresar a sus hogares.
La única víctima mortal reportada fue una mujer que falleció al caer con su automóvil por un acantilado en Japón al intentar escapar, según medios locales.
En Perú, que había cerrado 65 de sus 121 puertos en el Pacífico, las autoridades cancelaron el miércoles en la noche la alerta de tsunami, informó el estatal Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI).
Evacuación masiva en Chile
En Chile, las autoridades ordenaron la evacuación de 1,4 millones de personas en las zonas costeras, “quizás la evacuación más masiva” hasta ahora en el país, según el Ministerio del Interior.
En la Isla de Pascua, un territorio insular chileno a unos 3.500 km del continente y donde residen unas 7.000 personas, hubo olas de hasta 70 cm.
En las Islas Galápagos de Ecuador, a unos 1.000 km del continente y donde se esperaban olas de hasta tres metros, hubo alivio cuando el instituto oceanográfico de la Armada declaró que el peligro había pasado.
Los residentes locales informaron que el nivel del mar descendió y luego subió repentinamente, un fenómeno común con la llegada de un tsunami. Pero solo se reportó una marejada de poco más de un metro, sin causar daños.
Olas potentes golpean en la playa Waikiki, en Honolulu, Hawaii, este miércoles. Foto: REUTERS
Estamos “todos tranquilos, de regreso al trabajo. Los restaurantes abrieron nuevamente y los espacios de visita (para turistas) también”, dijo Isabel Grijalva, de 38 años y residente de Santa Cruz, una de las islas del archipiélago.
Más temprano se habían cerrado parques nacionales y escuelas, se habían emitido advertencias por megafonía y los turistas habían sido evacuados de los barcos a tierra firme.
La alerta de tsunami para el Pacífico mexicano se levantó a las 19H17 GMT. La presidenta Claudia Sheinbaum había dado antes un parte de tranquilidad. “No hay ningún daño”, dijo en rueda de prensa.
Personas evacuadas de forma preventiva ante la alerta de tsunami este miércoles, en Santa Cruz, en las islas Galápagos, Ecuador. Foto: EFE
Destrozos en Rusia
Los destrozos mayores se registraron en Rusia, donde un tsunami inundó el puerto de Sévero-Kurilsk, en las islas Kuriles, a unos 350 kilómetros del epicentro del terremoto, dejando sumergida la planta pesquera local.
Imágenes de la televisión estatal rusa mostraron edificios y escombros arrastrados de la costa al mar.
“Por suerte habíamos preparado una valija, teníamos una con agua y ropa cerca de la puerta. La tomamos rápidamente y corrimos (…) Fue aterrador”, declaró una residente de Kamchatka al medio estatal Zvedza.
La oleada llegó hasta el monumento a la Segunda Guerra Mundial de la ciudad, a unos 400 metros de la costa, según informó el alcalde Alexander Ovsiannikov.
El sismo inicial causó daños limitados, a pesar de ser el terremoto más fuerte desde el ocurrido en 2011 frente a las costas de Japón, de magnitud 9,1, que desencadenó un tsunami que causó la muerte de más de 15.000 personas.