Davidovich no escapa de la maldición en Basilea

Vuelve a lamentarse ‘Foki’, pues, que no consigue descifrar estos partidos decisivos en una cuestión que parece más mental que otra cosa. Perdió su primera final en el Masters 1.000 de Montecarlo de 2022, ante Stefanos Tsitsipas, pero ha sido esta temporada cuando ha escalado su horrenda estadística hasta límites insospechados. En febrero perdió dos finales: ante Kecmanovic en Delray Beach (3-6, 6-1 y 7-5) pese a disponer de dos bolas de partido a su favor, y en Acapulco frente a Machac (7-6(6) y 6-2). Ya en julio, después de alcanzar semifinales en Montecarlo y Eastbourne (sobre hierba), cedió en la final de Washington ante Álex de Miñaur, de nuevo tras ganar el primer set y disponer de tres bolas para ganar (5-7, 6-1 y 7-6(3).

En Basilea no llegó a tener ni opción. Se encontró con un Fonseca implacable que ni siquiera le permitió soñar con la oportunidad. El brasileño, solo 19 años y un futuro luminoso, se puso 3-0 nada más empezar el partido, dejando claras su ambición e intenciones. Davidovich trató de engancharse al partido, y por momentos lo consiguió tras romper él el servicio de su rival por primera vez. Pero al andaluz le faltó consistencia. A cada buen golpe suyo le sucedía un error grosero o un aumento de nivel del suramericano que dejaba en nada el esfuerzo anterior.

Apoyado en una derecha demoledora, Fonseca rompió por segunda vez al español en el sexto juego del primer set para acabar llevándoselo por 6-3 en 40 minutos.

A Davidovich le tocaba remontar si quería levantar ese ansiado primer título. Pero es que, por más que lo intentó, no encontró la forma de desquiciar a su joven oponente.

«Está inspiradísimo», reconocía el mismo Davidovich a su banquillo, en una conversación recogida por los micrófonos de la pista. La frase, y la propia actitud de Davidovich, mostraban que no estaba en las mejores condiciones para darle la vuelta al partido.

Fonseca inició la segunda manga con un nuevo break. Fue el único del set decisivo. No hicieron falta más. El brasileño se conformó con sostener con suficiencia su servicio ante un Davidovich cada vez más desquiciado. Al malagueño se le escaparon varios improperios y acabó estrellando una raqueta contra el suelo tras uno de sus puntos fallidos.

Davidovich estrenará este lunes su mejor ranking, 15º del mundo, antes de viajar a París para el último Masters 1.000 de la temporada.

Sinner, campeón en Viena

Mientras, Jannik Sinner remontó a Alexander Zverev para apuntarse el torneo de Viena, su cuarto título de la temporada, y apretar un poco más su lucha con Carlos Alcaraz por terminar como número uno del mundo a final de año.

El italiano tuvo que esforzarse para imponerse por 3-6, 6-3, 7-5 en dos horas y media de juego, antes comenzar su participación en París, donde defiende la corona conseguida el año pasado.