La crisis salarial que atraviesa el sector universitario venezolano ha alcanzado niveles alarmantes, con al menos el 75% de los trabajadores considerando abandonar sus puestos de trabajo en los últimos 12 meses debido a los bajos salarios, según un informe de la Asociación por la Libertad, Derechos y Desarrollo Social (Liddes).

Laura Linares, directora general de Liddes, destacó que los empleados del sector universitario se encuentran en una disyuntiva constante entre renunciar a sus cargos para dedicarse a oficios mejor remunerados o continuar en sus puestos por pura vocación. “Muchos trabajadores del sector universitario han dejado sus puestos de trabajo a favor de empleos mejor pagados, lo cual genera una crisis de personal en todo el sistema educativo del país”, señaló Linares en una nota de prensa.

La dirigente enfatizó que esta grave situación afecta tanto a los trabajadores universitarios como a los del sector público en general, quienes sobreviven con salarios que rondan los 3,5 dólares mensuales, a pesar de que la canasta básica alimentaria en Venezuela asciende a alrededor de 530 dólares. “Lo que estamos viviendo ante la indiferencia del Estado es una catástrofe”, agregó Linares, al referirse a las condiciones extremas que enfrentan los trabajadores.

Impacto en la calidad educativa

El informe de Liddes también alertó sobre el impacto directo de esta crisis salarial en la calidad de la educación universitaria. Según Linares, los bajos salarios son el principal factor negativo que afecta la capacidad de las universidades para atraer y retener a personal altamente cualificado, un elemento fundamental para el fortalecimiento del sistema educativo.

“Un sistema educativo fuerte depende en gran medida de la capacidad de atraer y retener a docentes altamente cualificados, y los salarios son un factor determinante. Los trabajadores universitarios venezolanos perciben en promedio 3,5 dólares al mes, esto ha impulsado la deserción del personal administrativo, técnico y obrero, así como de profesores universitarios en el país”, explicó Linares.

Este fenómeno ha generado una crisis de recursos humanos en las universidades, lo que pone en peligro el acceso a una educación de calidad para los jóvenes venezolanos, afectando la libertad académica y el futuro del país.

Una violación de derechos económicos y sociales

Linares también resaltó que la situación económica de los trabajadores universitarios representa una violación a sus derechos económicos y sociales, pues no solo genera desigualdad en la población, sino que también retrasa el desarrollo del país. “Esto obstruye la investigación en áreas tan importantes como la salud, la agricultura y la búsqueda de soluciones y políticas públicas eficientes y sostenibles”, afirmó.

Por su parte, Fabiana Lujan, miembro de Students for Liberty, subrayó que reconocer el valor del trabajo universitario mediante sueldos justos no solo es un acto de justicia social, sino también una forma de retribuir a los profesionales que forman a las futuras generaciones del país. “Si la libertad académica se ve afectada, el desarrollo de los jóvenes y la sociedad en general también se afectará”, agregó Lujan.

La situación que enfrenta el sector universitario en Venezuela es un reflejo de la crisis social y económica que afecta a gran parte de la población, poniendo en riesgo el futuro educativo de los jóvenes y el desarrollo académico del país. Las organizaciones de la sociedad civil continúan exigiendo medidas urgentes por parte del gobierno para garantizar condiciones laborales justas y una educación de calidad.