Las autoridades chinas aceleran los esfuerzos de rescate tras el devastador terremoto de 6,8 grados que sacudió el condado de Tingri, en la prefectura de Shigatse, dejando 126 muertos y más de 30.000 evacuados.

Un total de 14.000 rescatistas trabajan contrarreloj para buscar supervivientes y distribuir ayuda en una región que enfrenta temperaturas de hasta -17 grados. Hasta ahora, 407 personas han sido rescatadas de entre los escombros de 3.609 viviendas derrumbadas, según informó la agencia Xinhua.

El gobierno activó una respuesta de emergencia nivel 2, enviando 22.000 artículos de ayuda, incluyendo tiendas de campaña y ropa de invierno. Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, confirmó que ya se han restablecido el suministro eléctrico y las telecomunicaciones en las áreas afectadas.

“El pueblo superará este desastre y reconstruirá sus hogares”, afirmó Guo.

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