China difunde un video de su nuevo misil hipersónico con un ataque simulado contra Japón

Una empresa aeroespacial privada china difundió un video promocional de un nuevo misil hipersónico en el que una salva de proyectiles aparece dirigiéndose hacia Japón, una puesta en escena que alimenta la escalada de tensión entre Beijing y Tokio por la situación en Taiwán.

La compañía Lingkong Tianxing Technology, con sede en la capital china, publicó en sus redes sociales imágenes del misil YKJ-1000 siendo lanzado desde un contenedor transportado por un camión hacia un campo de pruebas desértico, donde impacta contra un blanco tras un pronunciado picado final.

En la secuencia final del video aparece una animación: ocho misiles parten de la costa de China Continental y vuelan en formación hacia Japón, con varios puntos de impacto señalados en un mapa. La escena apunta a mostrar la coordinación, alcance y capacidad de saturación del sistema.

Según declaraciones de un representante de la empresa, recogidas en la propia grabación y reproducidas por medios especializados, el YKJ-1000 ya está en producción en serie y su costo sería equivalente a una décima parte del de los misiles tradicionales.

El proyectil tendría un alcance de entre 500 y 1.300 kilómetros, velocidades de Mach 5 a Mach 7 —clasificadas como hipersónicas porque superan cinco veces la velocidad del sonido—, y con capacidad de vuelo propulsado durante unos seis minutos. A eso se sumaría un sistema de guiado que permite identificar objetivos en medio del trayecto y evadir defensas antiaéreas o agrupaciones navales.

El video aparece en un contexto especialmente sensible para la región. China y Japón atraviesan uno de sus momentos diplomáticos más delicados en años, tras las declaraciones de la primera ministra nipona, Sanae Takaichi, quien sugirió que un eventual ataque chino contra Taiwán podría justificar la intervención de las Fuerzas de Autodefensa japonesas.

A esto se sumó el anuncio de Tokio de que desplegará nuevos sistemas antimisiles en una cadena de islas situada a unos 110 kilómetros de Taipéi, una decisión que generó malestar en Pekín.

La respuesta china incluyó reproches oficiales, restricciones a productos japoneses como el marisco, cancelaciones masivas de vuelos hacia Japón y nuevas maniobras militares en el mar Amarillo.

Pese a los contactos diplomáticos de alto nivel, los analistas advierten que no hay señales claras de desescalada entre las dos potencias asiáticas.