La ruta costera de la Franja de Gaza estuvo incluso más transitada de lo normal esta semana.
Los palestinos ya han soportado dos años de guerra, bajo intensos bombardeos israelíes, que han matado a decenas de miles, destruido gran parte del territorio y provocado una crisis humanitaria.
Pero el martes, cundió el pánico tras el inicio de la ofensiva militar que Israel había amenazado durante tanto tiempo en la ciudad de Gaza.
Camiones, coches, tractores, tuk-tuks, carretas tiradas por burros e incluso carritos de supermercado se han visto obligados a movilizarse mientras personas de todas las edades huyen hacia el sur.
Tras dos años de guerra entre Israel y Hamás, la gran mayoría de los vehículos están destrozados, sin parabrisas ni otras piezas.
Los costos del transporte y el combustible se han disparado.
Alquilar un camión o un tractor, si se consigue uno, puede costar hasta $1,500, y algunas familias se han unido para compartir los gastos.
Se llevan toda la comida que tienen.
Los palestinos luchan contra una hambruna generalizada que comenzó después de que Israel impusiera varias restricciones a la ayuda que entraba al enclave y continuó incluso después de que Israel levantara el bloqueo e introdujera un nuevo sistema de distribución de alimentos.
Un grupo de expertos en alimentación respaldado por la ONU ha declarado que algunas zonas sufren hambruna, lo cual Israel rechaza.
El ambiente en la carretera que salía de la ciudad de Gaza era solemne.
Mucha gente, especialmente mujeres, intentaba descansar al borde de la ruta siempre que encontraban sombra.
Ahora estaban en movimiento nuevamente.
Algunos intentaban llegar a una zona a unos 10 kilómetros de distancia que Israel ha descrito como zona humanitaria, aunque las agencias de ayuda han advertido que no pueden gestionar la afluencia.
Otros esperaban alojarse con familiares o encontrar un lugar donde acampar.
Algunos dijeron que no sabían dónde acabarían.
Las escenas recordaban a los primeros días del breve alto el fuego entre Israel y Hamás a principios de este año, pero era una imagen reflejada.
En aquel entonces, cientos de miles de palestinos regresaron a sus hogares en la ciudad de Gaza con la esperanza de que las partes en conflicto estuvieran más cerca de poner fin al conflicto.
Ahora, muchos van en la dirección opuesta, y el cauto optimismo que una vez se permitieron parece un sueño lejano.
c.2025 The New York Times Company