El pasado domingo, Bolsonaro se sometió a una intervención médica para extirpar ocho lesiones cutáneas. El boletín médico realizado con el material biológico indicó la «presencia de carcinoma de células escamosas in situ en dos de las ocho lesiones extirpadas».
«Dos de las lesiones dieron positivo para carcinoma de células escamosas, que no es ni el más benigno ni el más agresivo, pero, aun así, es un cáncer de piel», informó su médico, Claudio Biroloni. Según el médico, las lesiones, localizadas en el tórax y en uno de los brazos del expresidente, son «precoces» y «solo requieren una evaluación periódica».
«Lo que tendrá que hacer es someterse a evaluaciones periódicas para ver si otras lesiones presentan sospechas. En cuanto a estas lesiones, se han extirpado, pero debido a las características de su piel, por haber tomado el sol sin protección, es necesario realizar evaluaciones periódicas. No es necesario ningún tratamiento complementario por ahora», añadió el cirujano.
Esta semana Bolsonaro recibió una nueva autorización judicial para salir de su casa, donde cumple prisión domiciliaria y fue ingresado en el Hospital DF Star de Brasilia, con un cuadro delicado cuadro, de caída de presión, vómitos y una crisis de hipo, que sus aliados han vinculado directamente a la presión emocional del juicio.
«El presidente Bolsonaro se ha sentido mal hace poco, con un fuerte ataque de hipo, vómitos y presión baja. Se ha dirigido al DF Star acompañado por policías penales que vigilan su casa, en Brasilia, por tratarse de una emergencia. Pido a todos que recen para que no sea nada grave», publicó en redes sociales el senador, Flávio Bolsonaro, hijo mayor del expresidente. Bolsonaro fue trasladado al hospital con autorización del juez Alexandre de Moraes, acompañado por los agentes penitenciarios encargados de vigilar su domicilio, por un helicóptero que seguía el convoy y al lado de la exprimera dama Michelle Bolsonaro, quien también informó a la prensa sobre la salud del marido.
Michele y Flavio mantienen una sutil disputa de poder por el legado del expresidente que no puede disputar ningún cargo público hasta el 2030, por condenas en procesos judiciales anteriores. Los hijos y la esposa tratan de mantenerse en la política como potenciales candidatos a la presidencia o a la vicepresidencia, según van surgiendo las apuestas y los datos de las empresas encuestadoras.
En un comunicado a la prensa, Michele informó que además de vómitos y la caída de la presión arterial, su marido también sufrió mareo y una presíncope. «Llegó a urgencias deshidratado, con elevación de la frecuencia cardíaca y caída de la presión arterial«, afirmó en la nota. «Los exámenes evidenciaron persistencia de anemia y alteración de la función renal, con elevación de la creatinina», destacó sobre los resultados de las pruebas de laboratorio y de resonancia magnética del cráneo. Bolsonaro fue hidratado y recibió tratamiento farmacológico.
«Creo que haber sido testigo de la masacre que se le ha infligido, sabiendo de su inocencia y de la conciencia que tiene que, en realidad, todos tenemos, naturalmente causa un impacto emocional en cualquier persona. No sé si vosotros, las personas normales, tendríais la fuerza física para soportar una masacre como la que ha sufrido», afirmó el diputado Evair de Melo, aliado político del expresidente, sobre factores emocionales que pueden haber afectado la salud del expresidente.
La salud de Bolsonaro siempre ha sido un tema delicado desde que fue apuñalado en un acto de campaña en 2017 por un hombre llamado Adelio Bispo do Rosario, cuando el entonces candidato participaba en un comicio en Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais. La puñalada le provocó graves secuelas intestinales que lo han llevado a ser hospitalizado en varias ocasiones a lo largo de los últimos años.
Ahora, con una condena de más de un cuarto de siglo por intento de golpe de Estado, la presión psicológica sobre él ha aumentado. En casa, Michelle, su esposa, ha sido su principal apoyo en la salud y liderando un grupo de oración que, según la prensa local, ha sido una fuente de fortaleza espiritual para el expresidente.
El grupo es tan importante para Bolsonaro y su esposa, que es evangelista, que el juez Moraes ha autorizado, a petición de la defensa de Bolsonaro, que esos grupos de oración puedan reunirse en la residencia del expresidente, mientras cumple prisión domiciliaria. Esos encuentros religiosos, ya se celebraban antes de que Bolsonaro fuera puesto bajo arresto domiciliario en agosto. La decisión del juez Alexandre de Moraes de autorizar los encuentros religiosos en la residencia de Bolsonaro ha sido interpretada como un gesto de humanidad en medio de un proceso legal y político de gran tensión.