En un comunicado oficial, la presidencia de los hutíes, el grupo respaldado por Irán que controla la mayor parte de Yemen, confirmó que el primer ministro Ahmed al-Rahawi y varios otros ministros murieron en el ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el jueves pasado.
En la operación en Saná, el jefe del Estado Mayor, Muhammad Abdel-Karim al-Ghammari, desapareció bajo los escombros; el ejército israelí estima que también murió.
La presidencia hutí afirmó que “otros ministros resultaron heridos, algunos de gravedad y otros de gravedad moderada”, y enfatizó que “el gobierno seguirá desempeñando sus funciones en la gestión de los asuntos”. “Las instituciones seguirán prestando servicios al pueblo yemení y no se verán afectadas, independientemente de la magnitud de la tragedia”, resumieron
Luego, un mensaje amenazante, afirmó: “La sangre de los caídos será el combustible y la motivación para continuar por el mismo camino. Prometemos a nuestro pueblo, al pueblo palestino, y a toda la nación que seguiremos apoyando y defendiendo a los residentes de Gaza. Seguiremos fortaleciendo nuestras fuerzas y desarrollando las capacidades para afrontar los desafíos y los peligros”.
Según el sitio web de la oposición yemení “Línea de Defensa”, los hutíes impusieron severas medidas de seguridad en la zona de Hadda, al oeste del palacio presidencial en Saná, donde se produjo el ataque.
La zona, según el informe, alberga delegaciones diplomáticas y las viviendas de líderes que ocuparon las viviendas de figuras de la oposición en la provincia. Se impusieron nuevas restricciones de seguridad en Saná y se ha iniciado una campaña de arrestos e investigaciones contra ciudadanos acusados ;;de “colaborar con el ataque”.