Asume Carlos Alcaraz una tarde complicada: muy cansado, sin buen porcentaje de primeros, sin sentir bien la pelota. Se refleja en el resultado, en la duración, en su caminar hacia prensa, que esta vez ha dejado lo último porque necesita antes comer, recuperarse, ducharse, … y en que lo cuenta luego el murciano: «El primer set no jugué ni saqué bien, él jugó muy cómodo desde el fondo y en todo. Hubo momentos en los que estaba muy cansado, y no sabía qué podía hacer. Ganar ha sido un alivio».
Unas palabras que se unen a los gestos, ceño fruncido durante la primera hora de partido, miradas y brazos al cielo para agradecer algún punto que sale de la magia, del corazón y del orgullo antes que de la raqueta, resoplidos de frustración y de alegría, y una mano al pecho para celebrar una victoria maratoniana, que logra por paciencia, resistencia y honor, y lo acerca al número 1 y a la semifinal de la Copa de Maestros. Conquistará ambos objetivos el jueves, si gana a Lorenzo Musetti, que frustró su pase matemático al ganar a Alex de Miñaur (7-5, 3-6 y 7-5).
«No estaba jugando tan bien como el primer partido; no encontraba la manera de darle la vuelta. Pero nos hemos dado cuenta de que puedes empezar mal, pero si insistes y vas teniendo un buen comportamiento, siempre acabo jugando mucho mejor», analizaba después de tres horas de controlar los nervios y, sobre todo, los pensamientos negativos cuando intentan colarse en la mente y la mano. «Estar fuerte mentalmente, e intentar que los pensamientos negativos no tengan más peso durante tres horas exige. He terminado muy cansado», confesaba después, aunque también añadía motivos extra: «Las condiciones las he notado diferentes, mucho calor y mucha humedad y eso influye. Cuesta recuperar, pero tenemos un día de margen y vamos a intentar hacer todo perfecto y lo que esté en nuestra mano para llegar bien al último partido«.
Superado el segundo, que comenzó con nueve minutos de primer juego y nueve del segundo. Cada uno defiende su saque, pero está pesado el español, que, dice después que notó más calor y humedad; no está ligero de piernas , ni de muñeca y se embarra con algunos golpes (37 errores no forzados). No salen los primeros y Fritz se vuelca en los restos: largos, profundos, a los pies, incomodísimos para Alcaraz, que empieza a sufrir y a sufrir ante el impecable plan de juego del rival.
El estadounidense, 6 del mundo, impone su guion: saque escandaloso, reveses de liderazgo y restos que le quitan la iniciativa al de El Palmar sin que encuentre manera de frenarlo. Aún. Porque pone el modo resistencia y ahí permanece, buscando la vía que lo ayude a escapar del acoso. No llega en el primer set; al contrario, resume su malestar en un ‘tie break’ de solo dos puntos. «Sigue ahí», «Aguanta el tirón», le espetan desde el palco. Acepta el reto con resignación y entereza, ha habido otros Fritz y se conoce, sabe que encontrará una grieta para derribar la torre. Sigue intratable un rato más desde el fondo, pero ya hay alguna debilidad a la hora de decidir la dirección de los tiros más fáciles. Si no ha logrado más títulos de entidad no es por tenis sino por cabeza.
La que le hace temblar cuando debe apuntarse al ‘tie break’; esa que le vuelve la mano mantequilla con su saque, ese saque que ha sido un tormento durante las dos horas anteriores. Ahí, Alcaraz se libera, abre perspectiva, encuentra otros ojos por los que observar lo que él no ve: «Un partido de tenis puede cambiar en cualquier momento. Dentro de pista no nos damos cuenta de lo que va a suceder, nos estancamos en el presente y si no hay buenas sensaciones no pensamos que vayan a ir a mejor. Desde fuera se ve todo más cómodo y mejor». Para añadir aún más perspectiva, Samu López lo anima y le dicta alguna instrucción en catalán: «Me hace reír», sonríe el murciano.
Así, desencadenado por fin de la red de Fritz, se eleva sobre su cansancio para derribar con contundencia el último dique de contención estadounidense. Mano al pecho, porque hay tenis, orgullo y resistencia para una remontada, otra más, para el recuerdo.
No se olvida Alcaraz de que ha habido errores en este encuentro, que tratará de afinar para el partido ante Lorenzo Musetti del jueves. «El saque, en general, es muy importante, te da mucha confianza para jugar de fondo. Aunque sea independiente de jugar de fondo, un buen porcentaje te da más tranquilidad. Sobre todo cuando juegas con mucha presión en el resto como ha hecho Fritz. Hemos ido mejorando en el partido, pero es algo que tenemos que ir a mejor«.






