La relación diplomática entre Venezuela y Brasil atraviesa un momento crítico tras el reciente intercambio de señalamientos entre ambos gobiernos sobre el ingreso de Venezuela al grupo BRICS. El gobierno venezolano ha expresado su “rechazo contundente” a un comunicado emitido el pasado viernes por la cancillería brasileña, Itamaraty, en el que se justificaba la negativa de Brasilia a apoyar la incorporación de Venezuela a este grupo de economías emergentes.
A través de un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela calificó de “incomprensible” la postura de Brasil, denunciando que el gobierno de Lula da Silva intenta “engañar a la comunidad internacional” al presentarse como “víctima” en un asunto donde, según Caracas, “han actuado en carácter de victimarios.” El documento venezolano critica la “descarada agresión” contra el presidente Nicolás Maduro y las instituciones venezolanas, argumentando que se trata de una “campaña sistemática” que viola principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, como la soberanía y la autodeterminación.
El trasfondo de esta disputa es el veto de Brasil a la entrada de Venezuela en los BRICS durante la última cumbre del grupo, celebrada en Kazán, Rusia. Desde Brasilia, las autoridades han insistido en la necesidad de que Venezuela transparente sus resultados electorales, haciendo referencia a la falta de actas oficiales sobre las elecciones presidenciales del 28 de julio. Esta exigencia ha generado rechazo en Caracas, que sostiene que los acuerdos de diálogo, como los realizados en Barbados, son “exclusivamente de los venezolanos” y que cualquier injerencia externa es “inadmisible.”
La tensión ha escalado también en redes sociales, donde la Policía venezolana publicó una imagen controvertida en la que se ve la silueta de Lula da Silva acompañada del mensaje “quien se mete con Venezuela se seca”, sobre un fondo con la bandera brasileña. La publicación ha causado revuelo, reflejando el deterioro de la relación diplomática y la distancia creciente entre ambas naciones, una relación que había comenzado con un tono de acercamiento tras la elección de Lula en 2022.
Caracas ha hecho un llamado a la diplomacia brasileña para que “desista de inmiscuirse en temas que solo competen a los venezolanos” y ha exigido una “conducta profesional y respetuosa” en el manejo de sus relaciones exteriores.