Durante dos días consecutivos, el transporte público en La Guaira se mantuvo prácticamente paralizado, agravando la situación de movilidad en la región.

Lo que no se sabe es si los transportistas se pararon por precaución o por apoyo a la protesta de petición de revisión de las actas.

Las principales avenidas de la región presentaron un flujo vehicular muy mínimo, mientras que un considerable número de ciudadanos se vio obligado a caminar largas distancias para llegar a sus destinos.

Aunque no se ha confirmado una conexión directa entre la paralización del transporte y la tensión política, muchos ciudadanos la asociaron con el clima de incertidumbre que se vive en el país.