MinMujer fija retos para la igualdad real

En un esfuerzo decidido por erradicar la violencia de género, el Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género (MinMujer) organizó el foro clave “Avances y desafíos de la justicia de género en Venezuela”.

La actividad, enmarcada en las jornadas de sensibilización del Mes Violeta. Fue articulada a través del Sistema de Formación e Investigación “Argelia Laya” en colaboración con la prestigiosa Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) “Dr. Salvador Allende”.

El objetivo principal fue fortalecer la educación y la conciencia pública en torno a la lucha contra la violencia machista.

El encuentro contó con las ponencias magistrales de Litbell Díaz Aché, responsable de la sala de atención a la víctima de violencia de género en Anzoátegui.

Y también, la viceministra de Igualdad de Género y No Discriminación, Nancy Ortuño.

​El poder de la víctima en el proceso judicial

Litbell Díaz Aché centró su exposición en un pilar fundamental de la protección legal: el derecho de intervención procesal de las víctimas.

Según lo establecido en el artículo 45 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

La especialista enfatizó que este artículo no es una simple formalidad, sino una garantía de justicia.

Díaz Aché detalló que, desde el momento de la denuncia, la mujer víctima tiene la potestad de desarrollar todas las actuaciones que considere necesarias para demostrar la ocurrencia de los hechos.

Al reconocer este derecho de intervención activa, el Estado asume la responsabilidad de equiparar la relación de poder desigual que existe entre la víctima y su agresor.

El objetivo es lograr una igualdad procesal efectiva, garantizando que el proceso judicial sea el medio idóneo para la materialización de la justicia en cada una de sus fases.

Revolución feminista

Por su parte, la viceministra Nancy Ortuño abordó el problema desde una óptica sociológica y política, identificando al patriarcado y el machismo como los verdaderos enemigos que impiden la paz y la armonía social.

Ortuño hizo un llamado urgente a la autocrítica, señalando que la sociedad en su conjunto es a menudo culpable de la discriminación e, incluso, de la revictimización de las mujeres agredidas.

La viceministra destacó los significativos avances logrados gracias al proceso revolucionario, temas antes tabú hoy son debatidos públicamente.

Pero subrayó que el gran reto pendiente es la efectividad práctica de los derechos ya consagrados en la legislación.

Entre los desafíos mencionados, Ortuño resaltó la urgencia de la transversalización explícita de género en todas las políticas e instituciones, la nulidad de instrumentos discriminatorios que persisten en la administración pública.

Y la necesidad de formar a juezas y jueces de paz en el conocimiento de las nuevas masculinidades y las vías de denuncia.