
Rahmanullah Lakanwal, ciudadano afgano de 29 años, fue señalado como el tirador que atacó en las cercanías de la Casa Blanca, en Washington, y dejó heridos a dos miembros de la Guardia Nacional.
Lakanwal había ingresado a Estados Unidos en septiembre de 2021 bajo la “Operación Aliados Bienvenidos”, implementada por el gobierno de Joe Biden. Ese programa facilitó la llegada de afganos que huían de la toma del país por parte de los talibanes tras la retirada de las tropas estadounidenses. Según trascendió, el hombre habría permanecido más tiempo del permitido por su visa.
Jeffrey Carroll, subdirector ejecutivo de la Policía Metropolitana de D.C., afirmó que se trató de un “ataque directo”, aunque dijo no tener aún información sobre el posible móvil.
El tiroteo ocurrió en la víspera del Día de Acción de Gracias, en la esquina de las calles 17 y H, a menos de dos cuadras de la Casa Blanca y frente al parque Lafayette.
De acuerdo con fuentes policiales citadas por el New York Post, Lakanwal se mantuvo al acecho antes de doblar la esquina, cerca de la estación de metro Farragut West, en el noroeste de la capital. Allí abrió fuego: hirió a un guardia en el pecho y luego le disparó en la cabeza. Tras atacar al segundo uniformado, un tercer integrante de la Guardia que estaba apostado en las inmediaciones corrió hacia el lugar y logró derribarlo.
El agresor habría recibido disparos para ser reducido y fue trasladado casi desnudo en una ambulancia.
“El tirador disparó en un acto cobarde y ruin”, dijo Pete Hegseth.
Las autoridades investigan el episodio como un posible acto de terrorismo internacional.
El gobernador de Virginia Occidental, el republicano Patrick Morrisey, afirmó inicialmente que ambos guardias habían muerto, aunque luego dijo haber recibido “”nformes contradictorios” sobre su estado. Funcionarios del FBI confirmaron más tarde que permanecían en condición crítica.
Por su parte, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, informó que el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 500 efectivos adicionales de la Guardia Nacional en Washington tras ser notificado del ataque.
En un mensaje televisivo, el mandatario habló de un “acto de terrorismo” y utilizó el tiroteo para repetir la retórica antiinmigrante al hablar del tirador: “Su estatus fue extendido en virtud de la legislación firmada por el presidente Biden, un presidente desastroso, el peor en la historia de nuestro país”.
Prometió redoblar los esfuerzos para deportar a los migrantes y sugirió que podría examinar más a fondo a los migrantes que huyeron de Afganistán después de que los talibanes tomaran el control de ese país en 2021.
“Este ataque pone de relieve la mayor amenaza a la seguridad nacional que enfrenta nuestra nación. La administración anterior permitió la entrada de 20 millones de extranjeros desconocidos y sin antecedentes penales de todo el mundo, de lugares que ni siquiera se desea conocer. Ningún país puede tolerar semejante riesgo para nuestra propia supervivencia. Ahora debemos reexaminar a cada extranjero que ha entrado a nuestro país desde Afganistán”, apuntó.






