
Tras una jornada de intensas negociaciones y de numerosas reuniones preliminares celebradas ayer en Ginebra, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andrei Yermak, reconocieron en una declaración conjunta que las conversaciones habían … sido «productivas» para ambas partes. Rusia, ausente en este encuentro, no se había pronunciado al cierre de esta edición.
Tras una jornada de discusiones maratonianas para intentar avanzar hacia la paz en Ucrania, en guerra contra Rusia desde 2022, Marco Rubio declaró ante la prensa que «este ha sido el encuentro más productivo y significativo de todos los que se han celebrado durante este proceso», aunque reconoció que aún quedaban puntos por negociar antes de llegar a un acuerdo final.
«Todos los puntos del plan de paz propuesto por Donald Trump han sido tratados y nuestros equipos continúan finalizando algunos detalles y estudiando las sugerencias que han sido presentadas. Por eso tenemos que realizar algunos ajustes, algunos cambios, espero que estemos cada vez más cerca de una posición que convenga a Ucrania y a Estados Unidos », explicó Rubio.
Yermak calificó igualmente el encuentro de «muy productivo» y afirmó que iban a «continuar trabajando durante los próximos días, aunque la última palabra la tendrán nuestros dirigentes respectivos». A pesar de que durante la mañana de este domingo reinó una cierta confusión en las negociaciones, al final del día el ambiente era optimista.
El desconcierto se originó por la presencia de los representantes de Reino Unido, Francia y Alemania que ‘se invitaron’ a este encuentro, por lo que la organización de las reuniones sufrió cambios de última hora. Los europeos manifestaron en todo momento su intención de unirse a la mesa de negociaciones. De acuerdo con los europeos, que han intervenido ‘in extremis’ en las negociaciones para reequilibrar el plan de paz de Trump que consideran favorable a Rusia, habría que hacer algunos cambios, como la no cesión de nuevos territorios. También sobre el contingente de soldados que pasaría a 800.000 hombres, en lugar de 600.000, y que se garantice la seguridad futura de Ucrania.
La supresión de sanciones y el desbloqueo de las cuentas rusas –la mayor parte está en Europa–, también forman parte de las discusiones. Estados Unidos quiere disponer de estos fondos, que serían destinados para la reconstrucción de Ucrania, mientras que los europeos exigen que sean entregados directamente a este país para indemnizarlo.
Otro punto que habría que discutir sería el de la amnistía, porque el presidente ruso, Vladímir Putin, está bajo mandato de arresto internacional por crímenes de guerra. Para los europeos, un futuro tratado de paz tiene que ser justo. «Un plan creíble y durable tiene que poner fin a las masacres sin plantar semillas para futuros conflictos», declaraba ayer desde Sudáfrica la representante de la Unión Europa, Ursula von der Leyen.
La delegación nortemericana, encabezada por Marco Rubio, llegó a Ginebra ayer a primeras horas de la mañana para celebrar estas negociaciones directas con Ucrania. Tuvieron un primer encuentro, a puerta cerrada, y durante toda la jornada hubo un intenso trasiego entre la misión de Estados Unidos ante la ONU en Ginebra y el hotel Intercontinental, donde tenían lugar los encuentros a varias bandas.
Por la tarde, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, escribió un mensaje en la red social X en el que declaraba que se habían producido avances en las negociaciones y que «el proyecto norteamericano podría incluir algunos elementos basados en las perspectivas de Ucrania y esenciales para los intereses nacionales de nuestro país».
Todo ello a pesar de que el presidente estadounidense, Donald Trump, lanzaba durante la mañana un jarro de agua fría sobre las pretensiones de Zelenski, diciendo en su red social que «los dirigentes ucranianos no han expresado ninguna gratitud por nuestros esfuerzos y Europa continua comprando petroléo a Rusia».
Mensaje al que se apresuró a responder el presidente ucraniano para satisfacer la exigencia de reconocimiento de Trump. Zelenski señaló, a última hora de la tarde de ayer en X, que «personalmente» se sentía muy agradecido respecto a Trump. «Ucrania agradece el papel de Estados Unidos por su ayuda, empezando por los Javelin, lanzamísiles anticarros de combate rusos, que han salvado vidas ucranianas».
Marco Rubio reconoció que el resultado de las reuniones en Ginebra tiene todavía que ser aprobado por ambos presidentes y que, por supuesto, existe el lado ruso de la ecuación, que también tendría que estar de acuerdo. «A pesar de todo, esta es la mejor reunión que hemos celebrado dentro de este proceso desde el mes de enero», recalcó Rubio.
Las negociaciones continuaban anoche y, aunque los suizos han afirmado que el encuentro estaba previsto sólo ayer, podía prolongarse hasta altas horas de la noche y continuar más tarde en otro lugar, ya que sería sólo una primera etapa de la actual fase de conversaciones para la paz en Ucrania, según afirmaron fuentes cercanas a las reuniones.
El resultado ha sido globalmente positivo, hasta el punto que el enviado especial para Oriente Próximo, Steve Witkoff, declaró que estaba dispuesto, si se llegaba a un acuerdo en los próximos días, a viajar a Moscú para entrevistarse con el presidente ruso, Vladímir Putin. En cualquier caso, los próximos días serán determinantes para confirmar estos progresos.






