La carrera por la cima de la División Este de la Liga Americana ha entrado en su fase decisiva. Con solo tres partidos restantes en la temporada regular, los Yankees y los Blue Jays llegan empatados en la clasificación. Pero Toronto posee la ventaja del desempate, lo que obliga a Nueva York no solo a igualar, sino a superar en victorias al equipo canadiense para quedarse con el primer puesto.
Para que los Yankees ganen la división, la misión es clara pero exigente: deben ganar al menos un juego más que los Blue Jays en estas últimas tres fechas. Esa es la única forma de desplazar a Toronto del liderato. Según los escenarios presentados, si los Yankees cierran con marca de 3-0, serán campeones incluso si los Blue Jays ganan 2-1; si los neoyorquinos terminan 2-1, necesitarán que Toronto quede 1-2 o peor.
En ese contexto, todo recae ahora sobre los hombros del plantel de Nueva York. Primero, deben asegurar tantas victorias como sea posible frente a los Orioles en su parque local. Cada triunfo cuenta doble, pues no solo les suma a ellos, sino que obliga a Toronto a mantener una marca muy exigente frente a los Rays.
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Los Yankees necesitan ganar un juego más que los Blue Jays en la última serie. Esa es su única fórmula para superar el desempate y alzarse con el título del Este. La tensión alcanza su punto máximo, y el desenlace dependerá de su capacidad de ejecutar bajo presión en cada turno al bate y cada lanzamiento en el montículo.