“Los gritos de esta viuda resonarán en todo el mundo como un grito de guerra”

Erika Kirk, viuda de Charlie Kirk, habló por primera vez después del asesinato de su marido, ocurrido el miércoles en la Universidad de Utah Valley, en Estados Unidos. “Por toda la eternidad llevará la gloriosa corona del mártir”, dijo la mujer. Y añadió: “Los gritos de esta viuda resonarán en todo el mundo como un grito de guerra”.

Erika Kirk, de 36 años, rompió el silencio dos días después del asesinato de su marido, a través de las redes de Turning Point USA, la organización que había fundado Kirk. Envió su mensaje desde un atril ubicado en el estudio que utilizaba su marido, con un escritorio en el que reposaba una gorra blanca con el número 47 en dorado -que se vende en el sitio web de Kirk- y un cartel a la izquierda.

“Que Charlie sea recibido en los misericordiosos brazos de Jesis, nuestro amoroso Salvador”, rezaba el afiche, con la imagen de Kirk.

Ya al borde del llanto, Erika Kirk juntó fuerzas y suspiró “Jesús”. En los primeros segundos, agradeció a las personas que trabajaron para capturar al sospechoso. Habló de asistencia “heroica” de quienes intentaron salvar a Charlie Kirk en los minutos posteriores al disparo.

“Mi corazón está con todos los empleados de mi marido, que perdieron a un amigo y un mentor”, añadió. Hubo una mención especial para JD Vance, vicepresidente de Estados Unidos. “Le rindieron honor a mi esposo al devolverlo a casa”, dijo. Y también un mensaje directo para Donald Trump: “Mi marido lo quería. Y él sabía que usted lo quería también. Fue fantástica su amistad, lo apoyó tanto”.

Sobre la muerte de Charlie Kirk, sostuvo que “hace dos días él se reunió con el Salvador”. En la misma sintonía, siguió: “Ahora y por toda la eternidad estará al lado de su Salvador, llevando la gloriosa corona del mártir”.

Recordó que “Charlie amaba la vida, amaba su vida, amaba a Estados Unidos, a sus hijos y a mí”. Añadió que el activista “fue el padre perfecto, el marido perfecto”. Incluso deslizó que Charlie “siempre decía que si se presentaba a las elecciones, su máxima prioridad sería revitalizar la familia estadounidense”.

“Mi marido dio su vida por mí, por nuestra nación, por nuestros hijos”, remarcó. “Nunca encontraré las palabras para describir la pérdida que siento en mi corazón. Sinceramente, no tengo ni idea de lo que significa todo esto, pero Charly, cariño, sé que tú sí lo sabes. Nuestro mundo está lleno de maldad, pero Dios es tan bueno”.

“Los infames responsables del asesinato de mi marido no tienen ni idea de lo que han hecho”, sostuvo Erika Kirk, en otro tramo de su mensaje.

“Mataron a Charlie porque predicaba un mensaje de patriotismo, fe y amor misericordioso de Dios. Pero todos ellos deberían saber esto: si antes pensaban que la misión de mi marido era poderosa, no tienen ni idea de lo que acaban de desatar en todo este país, en este mundo. No tienen ni idea del fuego que han encendido en esta esposa, los gritos de esta viuda resonarán en todo el mundo como un grito de guerra”.

Ya cerca del final, prometió que no dejará que muera el legado de su marido. “El movimiento que mi marido creó no morirá. Me niego a permitir que eso suceda. Nadie olvidará jamás el nombre de mi marido y yo me encargaré de ello. Se hará más fuerte, más sólido, más ruidoso y más grande que nunca”, sostuvo.

Anticipó que continuará con las actividades previstas por su marido y por la organización Turning Point USA. “Nuestra batalla no es simplemente política, ante todo, es espiritual”, enfatizó.

Y cerró: “Dios los bendiga a todos y que Dios bendiga a Estados Unidos”.

Kirk y Erika Fratzve, ex Miss Arizona USA, se conocieron en un bar de Nueva York en 2018. “Casi inmediatamente supe que ella era la indicada”, dijo Kirk en un video de Truning Point USA. Tenían en común su fe cristiana y un concepto de vida tradicional basado en la familia.

Se casaron en mayo de 2021 en Arizona y tuvieron dos hijos: una niña, que nació en 2022, y un varón, que nació en 2024. No se conoce mucho de ellos, ya que los padres habían decido mantener su identidad privada y nunca mostraban sus rostros.