Decir que es el mejor puede ser algo osado en un momento en el que compite con un monstruo contemporáneo, Jannik Sinner, la otra pata del ‘Big Two’, la dupla que domina el circuito. Pero Alcaraz dio un golpe en la mesa con su desempeño en el cemento azul neoyorquino este domingo.
El murciano empequeñeció al larguirucho italiano en su territorio favorito, la pista dura, donde Sinner ha conquistado tres de sus cuatro ‘grandes’ -dos en Australia, uno aquí el año pasado- y donde llevaba 27 victorias consecutivas en esa superficie en los torneos de Grand Slam. Alcaraz desbarató el juego dominante de fondo de Sinner con un saque descomunal -como en todo este torneo-, consistencia y profundidad desde el fondo, variedad de golpes y un ritmo endiablado. Trajo un tenis, en esencia, superior. Y en los números, ensancha un poco la ventaja en ‘grandes’: seis para él, cuatro para Sinner.
«Es un sueño que se hace realidad, pero he estado trabajando mucho para levantar este trofeo», dijo Alcaraz en rueda de prensa, con su sonrisa enorme pegada a la cara. El español se llevó un correctivo en la final del último ‘grande’, en Wimbledon, donde Sinner le liquidó con contundencia en tres sets. Él y su equipo se confabularon para cambiar de rumbo.
«Después de Wimbledon le pedimos a Carlos ciertas cosas nuevas de cara a preparar los siguientes partidos, sobre todo con Jannik», dijo su entrenador, Juan Carlos Ferrero, tras celebrar la victoria en Nueva York. «En apenas diez días lo mejoró considerablemente. Eso es lo más increíble de Carlos, que sea tan bueno en mejorar en tan poco tiempo», añadió.
Ni Ferrero ni Alcaraz quisieron dar detalles sobre qué aspectos trabajaron en concreto. Pero la evolución del murciano estaba lista para cuando él y Sinner saltaron a la cancha el domingo: durante todo el partido, dio apariencia de superioridad.
«Él es un jugador diferente, no tiene debilidades», dijo Sinner tras la derrota, que no quiso disimular que se sintió inferior esta vez. «Él ha mejorado, me pareció que jugó mucho más claro hoy. Las cosas que yo hice bien en Londres, él las hizo mejor hoy. Sacó muy bien, golpeó muy limpio de ambos lados. Subió el nivel cuando tuvo que hacerlo», explicó.
Las críticas se las dedicó a sí mismo. «He sido muy predecible. Él cambió su juego. Ahora depende de mí si quiero hacer cambios o no. Pero sin duda lo vamos a intentar», adelantó el italiano, que hasta el duelo con Alcaraz le había bastado con su poderoso juego de fondo para acabar con sus rivales. «Mi objetivo, aunque pueda perder algunos partidos a partir de ahora, es hacer cambios, hacerme más impredecible, es lo que necesito para ser mejor jugador».
Alcaraz, exultante, dijo después que sentía que había hecho un partido «perfecto» y que tiene un estilo variado: «Me siento que puedo hacerlo todo en la pista, para ser sincero: cortadas, dejadas, golpes liftados, golpes planos… Es que confío mucho en mis condiciones físicas, siento que puede llegar a todas las pelotas, lo que me da seguridad para hacer buenos puntos y tener variedad».
De Sinner, dijo que no cree que sea predecible. «Pero conozco su estilo y sé lo que va a hacer y sus principales armas», reconoció. Pero también sabe que Sinner va a intentar cambiarlo. «Tengo que estar preparado para ver lo que va a hacer diferente a partir de ahora. Tengo que ir por delante, pensar qué podría haber hecho él para vencerme y a partir de ahí prepararme», aseguró. «Es lo bonito que tiene esta rivalidad, nos llevamos al límite», aseguró sobre la dupla que domina el tenis, que ha acumulado los ocho ‘grandes’ de las dos últimas temporadas, cuatro para cada uno. «Espero a partir de ahora un Jannik diferente, que va a cambar para intentar ganarme. Y yo estaré preparado para ello».