El presidente ruso, Vladimir Putin, llegó este domingo en China, en busca del apoyo político, militar y económico de sus principales aliados y socios asiáticos, de lo que depende directamente el éxito de la maquinaria de guerra rusa en Ucrania.
Las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, pierden peso si el Kremlin continúa recibiendo armamento, municiones y drones de Corea del Norte e Irán, además de ingresos en petrorrublos gracias a las exportaciones de crudo a China e India, que en 2024 alcanzaron los 115.000 millones de dólares. El aislamiento ruso, evidente en Occidente, dista de serlo en la región de Asia-Pacífico, donde Moscú mantiene numerosos aliados entre regímenes autoritarios de la zona.
Putin aterrizó en la ciudad nororiental china de Tianjin para participar en la 25ª cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), donde está previsto que mantenga encuentros con su par chino, Xi Jinping, y con el primer ministro indio, Narendra Modi.
La cita, que se extenderá hasta el lunes, reunirá a más de una veintena de jefes de Estado y de Gobierno, además de representantes de organismos internacionales. China la presenta como la reunión más importante del bloque desde su fundación en 2001.
La OCS está integrada por China, Rusia, India, Pakistán, Irán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, lo que supone alrededor del 40% de la población mundial, junto a países observadores y socios de diálogo.
A diferencia de la OTAN, el grupo carece de cláusulas de defensa mutua y se presenta como un foro de cooperación política, económica y en materia de seguridad.
El viaje de Putin ocurre en un contexto de aislamiento de Moscú en Occidente por la guerra en Ucrania, mientras que en Asia el Kremlin sostiene lazos estrechos con países como China, India, Irán y Corea del Norte.
Durante la cumbre, se espera que el líder ruso agradezca tanto a Xi como a Modi por haber sostenido las compras de petróleo pese a la presión de Washington, que este mes impuso un arancel adicional del 50% a las exportaciones indias como represalia por su abastecimiento de crudo ruso.
Nueva Delhi ha defendido esas operaciones como una decisión soberana. De acuerdo con cifras oficiales, en 2024 las exportaciones rusas de petróleo a China e India totalizaron 115.000 millones de dólares, lo que permitió a Moscú mantener sus ingresos energéticos pese a las sanciones occidentales.
El Kremlin confirmó que Putin se reunirá con Modi este lunes. El encuentro servirá, según fuentes oficiales, para mostrar un frente común frente a las medidas unilaterales de la Casa Blanca.
Además, Moscú adelantó que el mandatario también mantendrá contactos con los líderes de Irán y Turquía en el marco de la cumbre de la OCS.
Tras el evento, Putin viajará a Beijing para asistir el miércoles al desfile militar conmemorativo por el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, una ceremonia en la que China desplegará su maquinaria de guerra y donde el presidente ruso coincidirá con otro dirigente fuertemente sancionado por Occidente: el norcoreano Kim Jong-un.
En los últimos dos años, Corea del Norte se convirtió en el principal proveedor de armamento y municiones para el Ejército ruso, además de haber aportado miles de soldados que participaron en la ofensiva en la región de Kursk en el marco del conflicto en Ucrania.
Con información de EFE y AFP