Casi en cada esquina céntrica de La Paz hay un puesto ambulante o un local de panificados. Es un producto muy consumido y se vende por unidad, no por kilo. Está la “sarnita”, un pan chato y redondo, la cauca, pero el más popular es la “marraqueta” o “pan de batalla”, que hoy es un símbolo de la crisis económica en Bolivia.
El Gobierno subsidió la harina y otros productos para mantener el mismo precio de la marraqueta desde hace casi 20 años: 50 ó 60 centavos de peso boliviano (Bs) -unos 70 centavos al dólar oficial o 31 centavos al paralelo-. La levadura que en el mercado cuesta unos 230 Bs, el Gobierno se la da a los panaderos a 23.
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El pan de la crisis en Bolivia
Los panaderos aseguran que es un 20% del costo real del pan y reconocen que cada unidad se achicó. De aquellos legendarios 100 gramos, pautaron que pese 60, pero llega a los puestos callejeros de pan, donde no hay balanzas, en 50 gramos o menos.
Para mantener el precio, los panaderos hacen el “pan de batalla” más liviano. Además, como el resto de los panes no tiene subsidio, se dispararon los precios y la marraqueta escasea, especialmente a la tarde. Es cierto que hace tiempo no tenía 100 gramos, pero no bajaba de 70.
“No hay duda de que son más chicas, no nos engañan por sostener el precio”, dice a Clarín María, una compradora frente al Mercado Lanza, uno de los más grandes de La Paz.
La “marraqueta” o “Pan de batalla”, el más popular en Bolivia, mantiene el valor pero pesa menos que antes. Foto: AP/Juan Karita
Erika (28), hace tres años tiene un un puesto ambulante de pan cerca del Mercado de Miraflores. Reconoce que pesa menos, pero que igual la “marraqueta” sigue siendo la de mayor salida. Puede vender 5.000 panes y llevarse 2500 Bs por día.
La polémica a días de la elección presidencial
Este domingo se presentan ocho candidatos y los sondeos muestran que dos liberales pasarían al balotaje, lo que significa que la izquierda perdería su hegemonía después de 20 años.
Ante la crisis, el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, apuntó contra los panaderos. “Temen que ingrese un Gobierno de derecha, elimine la subvención y ellos se vean afectados. Y por otra parte quieren aprovechar la cercanía de las elecciones para sacar una ventaja en favor del sector porque no tienen justificativo para solventar el paro”, señaló hace dos semanas.
Pero a horas de la elección, debió salir en televisión a aclarar que hicieron controles y encontraron 130 puntos donde se comercializa por debajo de los 60 gramos. También denunció que algunos panaderos usan la harina con subvención para acopio, elaboración de otros panes y hasta mencionó contrabando. Y lanzó operativos con agentes que recorren la ciudad con balanzas.
El pan se vende en panaderías y en puestos callejeros ambulantes por toda La Paz, Bolivia. Foto: AP/Esteban Felix
El “pan de batalla”, que toma el nombre de las raciones que le entregaba el Ejército de Bolivia a sus soldados en la guerra del Chaco durante la década de 1930, hoy es una pequeña muestra del final de la gestión de Luis Arce.
Al poco tiempo de asumir en 2006, e impulsado por la disparada mundial de los precios de las materias primas, Evo Morales, financió los subsidios al pan en especial con los ingresos de las exportaciones de gas natural.
Cuando esas reservas internacionales cayeron, los subsidios a los alimentos se volvieron un costo muy alto, lo mismo que pasó sobre los combustibles que subsidiados, que hoy están en 3,72Bs. El año pasado esa bolsa de subsidios representaron más del 4,2% del Producto Interno Bruto (PIB), según el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Está en la mesa de todos los bolivianos, es ideal para acompañar el mate de coca, algo tienen que hacer”, reclamó María.
Fila para comprar el “pan de batalla” en una esquina de La Paz, Bolivia. Foto: AP/Juan Karita
Bolivia acarrea una inflación de 16,92 % en lo que va del año, el dólar oficial sigue anclado en 6,96 Bs, pero el dólar paralelo está a 13.47 Bs. Al escenario se suma la falta de divisas extranjeras: hoy las reservas internacionales netas (RIN) se ubican en 3.148 millones de dólares, frente al récord histórico de 15.122 millones registrado en 2014.
Esos números del Banco Central se reflejan en la vida cotidiana. Además del pan también faltan combustibles. Se pueden ver dos horas de fila para cargar nafta, y el diésel de los camiones por lo menos un día.
Los dos principales candidatos a pasar a una segunda vuelta, el millonario empresario Samuel Doria Medina (66) y el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga (65), adelantaron que eliminarán subsidios para estabilizar la economía. En particular se referían a los combustibles, uno de los ejes de la campaña electoral y se esperan definiciones por los productos básicos con los que se elaboran el “pan de batalla”.