Este viernes, miles de jóvenes han convertido en un maxi confesionario nada menos que al Circo Máximo romano, donde murieron tantos cristianos en los siglos heroicos de implantación en el mundo del cristianismo.
El lugar, en el centro de la capital de Italia, se ha convertido en un gran descampado con capacidad para 250 mil espectadores. Es el más amplio espacio para acoger a los grandes espectáculos de rock y a grandes personajes de la música internacional.
Este viernes, los espacios centrales han sido preparados con decenas de improvisados confesionarios individuales en tiendas blancas, donde miles de sacerdotes que se alternaban cada dos horas llevan adelante la Jornada Penitencial, confesando a millares de jóvenes.
El clima era relajado sobre todo después de que los confesados explican que se han liberado de sus pecados. Los jóvenes soportaron una jornada muy caliente con un clima que ha obligado a los diez centros sanitarios a atender desmayos y mareos. La Cruz Roja informó que todo estuvo “bajo control” y “no hubo ningún episodio grave”.
Los chicos y chicas fueron atendidos por sacerdotes de distintas lenguas. Solo en lengua española había 53 confesionarios.
Los jóvenes también podían comer en el Circo Máximo y alrededores. Había miles de botellas de agua a disposición. Un grupo de italianos que esperaban a los que aún debían confesarse sentados en el suelo protegido por enormes tiendas, explicaron: “Para nosotros este es un momento importante, nos hace sentir serenos después de habernos confesado”.
Pese a la enorme cantidad de gente, muchos hicieron muchas preguntas y comenzaron a recorrer los espacios del histórico Circo Máximo, que proyecta su leyenda desde los orígenes mismos de Roma. La que fue una vasta construcción centrada en los espacios para las carreras de caballos guiados por los combatientes gladiadores. A solo unos centenares de metros se encuentra el Coliseo.
El demencial emperador Nerón incendió el Circo Máximo y buena parte de Roma en el año 64 después de Cristo. Hay que recordar que en el centro de la gigantesca construcción se encontraba un obelisco egipcio de Ramses II y otro llevdo por Constanzo II. Ambos han sobrevidido, se puede verlos en la Piazza del Popolo y en San Giovanni Laterano.
El escenario no podía ser mejor para las tantos grupos de jóvenes de 146 países llegados a Roma que se confesaron en el Circo Maximo y ahora, con el alma en paz, se disponen a partir el sábado muy temprano hasta el suburbio de Tor Vergata, donde se espera que sumen un millón los jóvenes que el fin de semana se reunirán en el cierre del Festival Mundial de la Juventud y del Encuentro de la Juventud del Jubileo del Año Santo 2025.
En el Año Santo del 2000, más de un millón de jóvenes acamparon en la zona de Tor Vergata en un encuentro que fue extraordinario con el ya anciano y enfermo Papa san Juan Pablo II, el polaco Karol Wojtyla.
Fue él quien promovió los festivales mundiales de la Juventud y ahora se transmiten las imágenes del gran encuentro en Tor Vergata, durante la cual el viejo pontífice cantó, movió los brazos al ritmo del canto y les habló en un evento inolvidable. Tras 26 años de pontificado, Karol Wojtyla murió en 2005.
Una de las diferencias entre ambas celebraciones es que hoy la necesidad de luchar contra un clima de guerras que se propaga en el mundo, sea claramente el centro de los reclamos de todos. “Sean agentes de comunión y por la paz en el mundo”, dijo el Papa Robert Prevost, León XIV, este jueves, al hablar ante 70 mil jóvenes en la plaza de San Pedro. Lo reiterará este sábado y el domingo, cuando ponga fin a las celebraciones.
La próxima Jornada Mundial de la Juventud tendrá lugar en Seúl en 2027.