Cuando Lewis Hamilton fue fichado por Ferrari en 2024, lo hizo para reemplazar a Carlos Sainz, quien en ese momento sentía que un demonio crecía dentro de él.
Tras la decisión, Sainz se enfrentó a lo que sintió en ese momento como una salida prematura del equipo italiano, y las emociones que surgieron de la situación, así como, por supuesto, su lado oscuro.
Hablando en el podcast de Alto Rendimiento, Sainz dijo: “Entiendo cómo un piloto con un gran ego tal vez solo querría despedazar a Ferrari ese año y tal vez volverse un poco político o convertirse en una especie de infección dentro del equipo.”
Ante tal situación al límite, Sainz admitió haber sentido todo el alcance de su ‘demonio’.
“Por supuesto. Mi demonio – todos tenemos un ángel y un demonio – y el demonio era como, ‘Hay tantas cosas que me gustaría decir o hacer o cambiar.’
Afortunadamente para Ferrari, y su sucesor, Hamilton, el mejor lado de Sainz surgió victorioso de la batalla filosófica que se libraba dentro del español.
“Pero mi ángel fue más poderoso en ese momento y dijo, ‘No, no seas esa persona, sé el profesional,” dijo Sainz.
“Sé la persona que va a dar absolutamente todo hasta la última carrera por este equipo, y darles a todos aquellos que no tienen nada que ver con esa decisión…”
“Les debo mi máximo nivel profesional y un buen año para el equipo, para mí, para todos.”
“Voy a ser la persona profesional, la buena persona, no la que quiere incendiar este lugar,” concluyó Sainz.