
Estados Unidos y Rusia tienen nuevas «ideas» sobre cómo alcanzar la paz en Ucrania. Así lo ha asegurado el secretario de Estado, Marco Rubio, al término de su reunión con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Su encuentro ha tenido lugar … este jueves en Kuala Lumpur, con la cumbre de Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) como marco.
Rubio ha descrito la conversación como «franca e importante», en la que ambas partes han comentado «un enfoque nuevo y diferente», según declaraciones pronunciadas tras el careo y recogidas por la agencia de noticias estadounidense AP. «No lo calificaría como algo que garantice la paz, pero es un concepto que llevaré al presidente», ha añadido sin ofrecer más detalles al respecto.
El secretario de Estado ha reconocido asimismo que Donald Trump se siente «decepcionado y frustrado ante la falta de flexibilidad del lado ruso». «Necesitamos ver un plan claro sobre cómo puede terminar esta guerra. Compartimos algunas ideas sobre cómo podría producirse ese proceso», ha subrayado. «Nosotros vamos a seguir involucrados siempre que veamos oportunidades de marcar una diferencia».
En términos de adjetivación, al menos, ha habido sintonía. La delegación rusa ha aplaudido el «intercambio de opiniones sustantivo y sincero» sobre temas como Ucrania, Irán, Siria y otros «problemas globales».
«Ambos países hemos reafirmado nuestro compromiso mutuo con la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos, la restauración de la cooperación económica y humanitaria entre Rusia y Estados Unidos, y el contacto sin obstáculos entre las sociedades de ambos países, algo que podría facilitarse reanudando el tráfico aéreo. […] También se ha destacado la importancia de seguir trabajando para normalizar las relaciones diplomáticas bilaterales», ha señalado el comunicado oficial, entre esperanzado y exigente, difundido a posteriori por el Ministerio de Exteriores ruso.
Esta reunión se producía poco después de que Estados Unidosretomara el envío de armamento defensivo a Ucrania, tras una pausa justificada por la supuesta necesidad de evaluar inventario en el Pentágono. Rusia celebró esta suspensión del envío de armamento y la aprovechó para incrementar sus bombardeos sobre el país invadido, lo que a su vez aumentó el enfado de Trump, cada vez más explícito ante una crisis que parece incapaz de resolver con palos ni con zanahorias.
«Putin no está tratando bien a los seres humanos», protestaba el presidente estadounidense este martes durante una reunión de su Gabinete. «Está matando a demasiada gente, así que estamos enviando algunas armas defensivas a Ucrania, y yo lo he aprobado», explicaba con prístina causalidad, a medida que la disposición del líder ruso a alcanzar un arreglo definitivo se muestra menos creíble a sus ojos. Putin reaccionó a estas palabras con el mayor ataque con drones hasta la fecha en los tres años y medio de conflicto.
En junio se alcanzó, según la ONU, el nivel más alto de víctimas entre la población civil en tres años de guerra con 232 muertos y 1.343 heridos. Durante los primeros cinco meses de este año, el número de muertos o heridos e un 50% superior en comparación con el mismo periodo de 2024. La Misión de Observación de los Derechos Humanos de la ONU en Ucrania apunta a que este aumento se debe los amplios bombardeos contra las ciudades, especialmente a los misiles balísticos
Ante esta pantanosa tesitura, Malasia presentaba la oportunidad ideal para buscar un acercamiento. Su capital aunaba hoy a los diez países miembros de ASEAN –Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam– con sus principales socios. La Unión Europea, China, Japón, Corea del Sur, Rusia y EE.UU. han estado representadas y así, en un aparte, los representantes de estas dos últimas potencias han podido conversar.
La conversación entre Rubio y Lavrov se ha producido en una sala apañada sin demasiada pompa: una mesa, un mantel, dos banderas y tres sillas a cada lado han bastado para enfrentar a los representantes diplomáticos de EE.UU. y Rusia, quienes han departido durante cincuenta minutos. Se trata del segundo encuentro presencial entre ambos, después de la toma de contacto organizada en Arabia Saudí el pasado mes de febrero. Esta sirvió para que la recién estrenada Administración estadounidense sondeara la actitud rusa ante una guerra que Trump se jactó de poder resolver «en 24 horas» y, también, la posibilidad de generar un margen estratégico ante el gran rival sistémico, China.
Rubio también ha aprovechado la visita para saludar a muchos de sus homólogos en la región.
Su primer viaje a Asia como secretario de Estado coincide con el anuncio esta semana de nuevos aranceles a nueve países del continente –Japón, Corea del Sur, Tailandia, Indonesia, Camboya, Bangladés, Laos y la propia anfitriona, Malasia–. La Casa Blanca pretende así redoblar la presión para ir cerrando acuerdos que satisfagan los supuestos agravios planteados en su guerra comercial, como ya consiguió la semana pasada con Vietnam.
En la práctica, sin embargo, los sobrecostes se mantienen en la mayoría de los casos en niveles idénticos o incluso inferiores, mientras concede tres semanas más de plazo hasta su entrada en vigor con el mes de agosto. Funcionarios del Departamento de Estado, de todos modos, se han apresurado a aclarar que los aranceles no supondrán el tema principal en las reuniones programadas.
«El Indo-Pacífico, como región, sigue siendo un punto central de la política exterior de Estados Unidos», ha incidido Rubio en su comparecencia ante los medios. «Cuando escucho en las noticias que quizá Estados Unidos o el mundo puedan estar distraídos por eventos en otras partes del planeta, diría que la distracción es imposible, porque estamos convencidos, y es una realidad, de que este siglo y la historia de los próximos 50 años se escribirán en gran medida aquí».






