Takahiro Shiraishi, de 34 años, había asesinado y desmembrado a un total de nueve personas en 2017. En su mayoría eran chicas jóvenes y tenían entre 15 y 26 años.
El ahorcamiento ha sido reportado a través de la televisión pública NHK y otros medios nacionales, que han citado fuentes gubernamentales. Sin embargo, el Ministerio de Justicia no ha querido confirmar la ejecución.
El acusado reconoció los nueve asesinatos, tal como ha afirmado la prensa. A través de la plataforma, se ponía en contacto con personas con tendencias suicidas y les ofrecía ayuda para morir. Las víctimas iban a su casa cerca de Tokio donde él las asesinaba, descuartizaba y finalmente escondía sus restos en pequeñas neveras.
En diciembre de 2023 había unos 107 reos japoneses en el corredor de la muerte, informa AFP, con fuentes del Ministerio de Justicia. Aunque la ley estipula que la ejecución debe aplicarse en un plazo máximo de seis meses después de la sentencia definitiva, muchos reos pasan años o incluso décadas esperando. Además, a menudo los presos no son informados de la ejecución hasta el último momento, normalmente con pocas horas de antelación.